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Se cumplen 50 años de “El Cordobazo”, una gran gesta

Lo asfixiante ya no eran sólo los gases, sino la situación reinante de violencia y hostigamiento social que se vivía en todo el país.

La vida transcurre y los hechos que tuvieron la valentía de cambiar los destinos de un pueblo trascienden. Las grandes gestas populares están llamadas a ser un faro en la historia para referenciar rumbos sociales. El sindicalismo argentino no sería tal sin el Cordobazo de Elpidio Torres (Smata), Atilio López (UTA), Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Miguel Correa (Madereros), Mauricio Labat (taxistas), Adolfo Cortez (Molineros), Francisco Solano (Unión Ferroviaria), Raúl Ferreyra (Empleados Públicos), Alejo Simo (UOM) y tantos otros dirigentes gremiales que, junto a estudiantes universitarios y a miles de trabajadores cordobeses, ganaron las calles de la Docta.

Las grandes gestas son soñadas y pensadas por utópicos. Pero una utopía es un hecho de difícil realización, no un imposible. Eso fue el Cordobazo: una utopía que se hizo realidad y que comenzó a gestarse en la ciudad cordobesa de Alta Gracia, en el domicilio familiar de Elpidio Torres, por entonces secretario general del gremio mecánico (Smata). Allí, frente al Parque Infantil, se encendía la chispa que ardería en las barricadas de la justicia social en la ciudad de Córdoba.

Torres fue, tal vez por necesidad, quien debió agudizar el ingenio y buscar una solución a un proceso militar que se venía llevando puestos los derechos de los trabajadores, y a los propios trabajadores. Tuvo que poner de pie a los obreros de IKA-Renault desde las asambleas en la planta de Santa Isabel, para hacerlos uno con el resto de los trabajadores y continuar la transformación con una visión más abarcativa: el Movimiento Obrero Cordobés todo.

El 15 de mayo de 1969, en un salón de boxeo de la calle Alvear, los trabajadores de IKA-Renault darían el puntapié inicial de la gesta obrera, a la que algunos analistas políticos compararon con el Mayo francés.

Mucho se ha narrado desde el registro histórico de aquel 29 de mayo de 1969. Hoy nos toca despojarnos del fragor ideológico o sectorial y ajustarnos a un rigor histórico de los hechos, para que la verdad pueda ver la luz sin tironeos.

Sólo un amante de la justicia social como Elpidio Torres entendía que en épocas de plomo la reivindicación debía salir de asambleas fabriles y plasmarse en la calle. “Ganar las calles” para mostrarle a la sociedad que estaban representados sus pedidos de condiciones justas.

Plantarse ante un oscurantismo democrático para decir que los derechos trascendían los cuarteles y que la dignidad de los trabajadores no era parte de una negociación.

Esa fue la dirigencia gremial del Cordobazo. Ellos tenían por militancia en esas épocas difíciles la dignidad en el pensar y la dignidad en el hacer. Eso los llevó a trascender. Entendieron que el individualismo en lo social es un salvavidas de corta duración, que cualquier gesta que no tenga la vocación de colectivizarse y no sostenga una transformación global desaparece en el intento de imponerse.

Vuelvo a Elpidio Torres, un hombre que se convirtió en el gran articulador de una transformación social, quien salió una mañana de su Alta Gracia, con la idea de pararse ante el atropello del gobierno. Todavía le dolían las balas de gomas de la asamblea del Córdoba Sport; su traje olía a gases lacrimógenos de ese 15 de mayo.

Lo asfixiante ya no eran sólo los gases, sino la situación reinante de violencia y hostigamiento social que se vivía en todo el país.

En la reunión de CGT de aquel mayo de 1969, les planteó a los compañeros de los otros gremios la necesidad de un paro con movilización.

“Si no hubiera sido por la infantería del Smata… el Cordobazo no hubiera sido posible”, dijo Agustín Tosco.

Hoy, a 50 años de esa gesta histórica, es hora de ponerle luz al Cordobazo, entregándole a la historia la veracidad de los hechos y de los protagonistas según el relato en las calles y no por versiones castrenses.

Y aquí la historia no la escriben los que ganan sino los que supieron esperar 50 años y dejar en el sitial que le corresponde al mentor del Cordobazo. El que una mañana salió de Alta Gracia, compartió el sueño y lo hizo realidad con todos los compañeros y compañeras, un 29 de mayo, de 1969, en las calles de Córdoba.

*Presidente del Partido Laborista de Córdoba, secretario General Uecara del Interior.

 

Fuente: La Voz

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