En el año 1824, Bernardino Rivadavia, tomó un paso audaz y visionario al crear la Comisión de Inmigración en un esfuerzo por fomentar el crecimiento y desarrollo del país a través de la llegada de nuevos habitantes.
Uno de los actos más notables de este proyecto fue la asignación del antiguo convento de la Recoleta para dar refugio temporal a los recién llegados durante quince días.
El 4 de septiembre de 1812 se firmó el primer decreto para el fomento de la inmigración. Desde esa fecha se celebra el Día del Inmigrante.
En 1824, Bernardino Rivadavia creó una Comisión de Inmigración y destinó el antiguo convento de la Recoleta para albergar durante quince días a los recién llegados. En 1853, la flamante Constitución Nacional aseguró beneficios “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”.
En 1870 se inauguró el Asilo de Inmigrantes sobre la calle Corrientes, junto a los muelles. Y poco después Nicolás Avellaneda firmó la ley 817 de Inmigración y Colonización, por la cual los inmigrantes debían ser alojados durante unos días y ayudados a conseguir trabajo.