Mientras algunos se empeñan en defender lo indefendible, la realidad se manifiesta con crudeza: la gente se ve obligada a cocinar a leña debido a la escasez de garrafas y los impagables precios que impone el mercado.
En un contexto dónde voces como la de Iñaki Gutierrez, vinculado al gobierno de Javier Milei, buscan defender lo indefendible en redes sociales, licuando la mente de los jóvenes. Durante la campaña el speech que resonaba fuerte: “con el peronismo estaremos peor que en Venezuela”, lo que en realidad querían decir es: “nosotros te haremos vivir lo que se vive en Venezuela”.
En Corrientes, las imágenes son estremecedoras, con kilómetros de personas formando interminables filas en un intento angustioso por adquirir una garrafa de 10 kilos antes de que los precios alcancen niveles exorbitantes. En ciertas zonas de la ciudad, estos cilindros han sufrido un alarmante incremento, llegando a alcanzar los 10 mil pesos, cuando apenas unos días atrás se conseguían por $4 mil.
Este escenario no solo evidencia las disparidades económicas, sino que revela la difícil situación que enfrenta la población ante la imposibilidad de acceder a servicios básicos a precios razonables. Mientras el debate político se centra en discusiones abstractas, la ciudadanía en Corrientes se enfrenta a una realidad cruda y palpable: la carestía de recursos esenciales.
La crisis de las garrafas en Corrientes es más que un tema de precios; es un reflejo de la fragilidad de las condiciones de vida de la población ante un gobierno que beneficia a los más poderosos, pagando a un ejército de jóvenes para ocuparse de tergiversar la realidad en las redes sociales, con la complicidad de medios mercenarios.