Su objetivo es contribuir activamente al desarrollo y estimulación de los niños recién nacidos, centrándose en la Sala de Lactancia, un espacio vital para bebés de 0 a 18 meses.
María José Bini, psicóloga del equipo técnico de Dispositivos Proteccionales, ha compartido con entusiasmo los detalles conmovedores del programa “Abrazos que Dejan Huella“, una iniciativa extraordinaria que actualmente se desarrolla con dedicación en el Hogar Cuna.
A pesar de que la premisa inicial sugiere simplemente “hacer upa a los bebés”, Bini destaca que este no es un programa superficial de “apapachar y nada más”.
La convocatoria se abre a voluntarios, hombres y mujeres mayores de 18 años, con el requisito fundamental de ser individuos comprometidos y responsables. Se les insta a destinar un día y un horario específicos para asistir al hogar y participar en esta noble causa.
En la actualidad, los turnos disponibles tienen una duración de 2 horas, distribuidos de lunes a viernes de 16 a 18, y los sábados y domingos de 10 a 12 y de 16 a 18. Es esencial resaltar que los voluntarios contribuirán un solo día a la semana, permitiendo una participación significativa sin sobrecargar sus compromisos.
Los interesados en formar parte de este proyecto inspirador pueden inscribirse enviando un correo electrónico a cdo.spinyf@gmail.com.
Posteriormente, serán convocados a una entrevista personal, paso crucial para determinar su idoneidad al trabajar con una población tan vulnerable.
“Abrazos que Dejan Huella” no solo promueve la estimulación infantil, sino también el impacto positivo que puede tener la solidaridad en el corazón de los más pequeños.