En medio de una intensa controversia, el portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI), Mark Adams, salió a defender a la boxeadora argelina Imane Khelif, quién ha sido objeto de especulaciones y comentarios transfóbicos tras su primera victoria en los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Nació mujer, fue registrada como mujer, vive su vida como mujer, boxea como mujer, tiene un pasaporte de mujer”, afirmó Adams en una rueda de prensa este viernes, zanjando los rumores. “Este no es un tema transgénero”, enfatizó, aclarando que Khelif es una mujer cisgénero, cuya identidad de género se alinea con su sexo asignado al nacer.
La polémica estalló después de que Khelif derrotara a la italiana Angela Carini, quien se retiró del combate tras solo 46 segundos alegando un intenso dolor en la nariz. Este evento desencadenó una ola de insultos en redes sociales, donde muchos cuestionaron la identidad de género de Khelif, llegando a llamarla “hombre” por una supuesta ventaja física. Sin embargo, el COI ha reiterado que “no se trataba de un hombre luchando contra una mujer“, y que hay consenso científico al respecto.
El debate se avivó aún más con las declaraciones de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien afirmó que “no fue un combate igualitario”, subrayando su oposición a que atletas con características “genéticamente masculinas” compitan contra mujeres.
Sin embargo, Mark Adams rechazó estas afirmaciones y calificó de “arbitraria” la decisión previa de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) de descalificar a Khelif y a la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting en 2023.
La IBA había alegado que ambas no se sometieron a un examen de testosterona, aunque los detalles de la prueba realizada permanecen confidenciales.
El COI, que ha asumido el control del boxeo en París tras la expulsión de la IBA por problemas de gobernanza y transparencia, sigue en “estrecho contacto con los atletas y su entorno” ante la avalancha de ataques en línea. Adams reconoció la complejidad del tema de la participación de mujeres con diferencias de desarrollo sexual (DSD) en competiciones femeninas, y subrayó la falta de un “consenso científico ni político” sobre este asunto.
En medio de esta tormenta mediática, el COI intenta calmar las aguas, pero la controversia en torno a la presencia de mujeres con DSD en el deporte de alto rendimiento promete seguir generando debate.
Mientras tanto, Khelif se mantiene firme en su camino olímpico, concentrada en lo que mejor sabe hacer: boxear.