Un relevamiento da cuenta que 2 de 5 familias salteñas que viven con ingresos por debajo del Salario Mínimo vital y Móvil debieron suprimir, al menos, un alimento de los 4 establecidos que a diario deben consumirse para mantener un equilibrio nutricional.
Esto sin contar, que la mayoría de las familias fueron desmejorando su calidad de vida, bajando sus expectativas de compras a segundas marcas de alimentos o suplantando por otras alternativas pocos saludables, pero de bajo costo.
Los números que arrojó el INDEC sobre la inflación de mayo (7,8%) da cuenta de un país sumergido en una crisis profunda, donde las víctimas principales son las infancias, la adolescencia y los adultos mayores.
Según un informe realizado por UNICEF, dos de cada tres niñas y niños de Argentina son pobres por ingresos (51,5%) o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o un hábitat seguro. Además, si se suman las privaciones no monetarias, el valor asciende al 66% de las chicas y chicos del país.
En cuanto a la situación que atraviesan los adultos mayores no deja de ser alarmante ya que un informe realizado en los últimos meses por la Universidad Católica de Argentina donde mide Deuda Social con las Personas Mayores indicó que el 40% de los hogares con personas de más de 60 años tienen ingresos insuficientes, donde claramente impacta en la alimentación, salud, vivienda entre otros derechos que se ven vulnerados para esta franja etaria.
Un relevamiento realizado por este medio, da cuenta que dos de tres adultos mayores que perciben una jubilación igual o inferior al Mínimo Vital y Móvil, no alcanza a llegar a la primera quincena del mes, incluso a los primeros 10 días si debe comprar medicamentos, debido a que las tres cuartas partes del sueldo se destina a gastos de farmacia.
La situación es extrema, sobre todo en el norte del pais, donde Salta se ubica en una de las primeras provincias más pobres de la Argentina, con menos oportunidad de desarrollo, deserción escolar, bajísimas tasas de desempleo, altas tasas de empleo informal y una galopante corrupción política.
En la misma línea, se debe decir que, en este conglomerado de cifras desalentadoras, el mes de mayo dejó como saldo un incremento marcado para Salta en la categoría salud, con 10,4 por ciento, le siguen los gastos de vivienda, es decir, servicios como el agua, la electricidad, el gas y combustibles con 9, 8 por ciento y en tercer lugar está el equipamiento y mantenimiento del hogar con 9,5 por ciento.
Fuente: DNI Salta
