En el Hospital Enrique Romero de El Quebrachal, se encuentra un abuelo afectado por la enfermedad de Parkinson, quien lamentablemente está solo y desprovisto de las necesidades básicas.
La situación fue dada a conocer por Fernando Barros a través de sus redes sociales, al hacer un llamado para identificar a los familiares de Juan José Contreras, quien ha sido abandonado en el hospital.
El abuelo, incapaz de alimentarse por sí mismo, se encuentra en una condición vulnerable, sin contar con ropa, pañales o acceso a agua. Los enfermeros del nosocomio se han visto obligados a proporcionarle la alimentación necesaria, pero su estado emocional se ve afectado, manifestándose en episodios de depresión, pérdida de apetito y momentos de llanto.
Este caso pone de manifiesto una problemática recurrente, donde los ancianos son dejados a su suerte en instituciones de cuidado y hospitales. La negligencia y el abandono, formas de violencia que a menudo se pasan por alto, representan una seria amenaza para la salud y el bienestar de las personas mayores.
Es imperativo que la sociedad tome conciencia de estas situaciones y se movilice para brindar apoyo y compasión a aquellos que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, como es el caso de Juan José Contreras. La violencia no se limita solo a actos físicos, sino también a la falta de atención y cuidado adecuado, una forma de maltrato que merece ser abordada con urgencia.
Fuente: Expresión del Sur
