Durante la primera semana de enero, diversos sectores han alzado la voz para señalar una significativa disminución en la actividad turística, generando preocupación sobre el futuro económico.
En medio de un momento crítico para la economía argentina, el sector del turismo se convierte en un reflejo inquietante de las restricciones económicas que afectan al país.
En Salta, los taxistas, quienes históricamente han experimentado un aumento en la demanda durante las vacaciones, ahora enfrentan una realidad desafiante. Alfredo Carrizo, secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, compartió su preocupación: “Es evidente que bajó la llegada de turistas a Salta. Uno lo ve en el aeropuerto o desde la terminal. No vienen los turistas a Salta”.
Este declive en la afluencia de turistas no solo afecta la dinámica laboral de los taxistas, sino que también resalta la amplitud de los desafíos económicos que atraviesa el país. La falta de pasajeros para trasladar en comparación con años anteriores plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a corto plazo del sector del transporte.
Ante esta situación, el Sindicato de Peones de Taxis planea abordar la crisis laboral y económica. Carrizo anunció que después del 24 de enero buscarán un aumento en las tarifas, presentando la solicitud a la Autoridad Metropolitana de Transporte. Actualmente, la bajada de bandera diurna se mantiene en $300 y la ficha cada 100 metros en $30 pesos. En horario nocturno, la bajada de bandera asciende a $345 y la ficha a $34.5.
La discusión sobre el aumento tarifario subraya la urgencia con la que los taxistas buscan soluciones frente a una realidad económica desafiante y la incertidumbre sobre el futuro del turismo en Salta.
