En el reciente debate sobre la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, la diputada salteña Emilia Orozco, representante de La Libertad Avanza, protagonizó un bochornoso episodio al intentar respaldar las reformas propuestas utilizando el caso de Liliana Ledesma, una productora rural asesinada en Salvador Mazza.
Orozco, licenciada en ciencias de la comunicación formada en la provincia de Salta, expuso argumentos que evidenciaron su chatez y desconocimiento total sobre el caso en cuestión. La diputada afirmó que Liliana Ledesma fue víctima de trata de personas, a pesar de que el caso, trágicamente, ya ha sido resuelto.
Ledesma, asesinada en 2006, fue víctima de sicarios contratados por los hermanos Delfín Reynaldo y Raúl Amadeo Castedo, quienes fueron condenados en noviembre de 2023 como autores intelectuales de este crimen. El veredicto de la Sala I del Tribunal de Juicio de la ciudad de Orán impuso cadena perpetua a los hermanos Castedo por “homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Contrario a las afirmaciones de la legisladora del tono desafiante (pero sólo el tono ya que es carente de conocimiento), el caso no está sin resolver; los autores materiales del crimen también fueron condenados en 2010. Lino Abdemar Moreno, María Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, y Casimiro Torres recibieron perpetua por su participación en el asesinato.
Ledesma, luchadora y valiente productora rural, había denunciado en la Cámara de Diputados y medios locales a “terratenientes” vinculados al narcotráfico que cerraban caminos rurales, obligando a los campesinos a pasar por senderos a Bolivia. Orozco, sin fundamentos, tergiversó los hechos, presentando información incorrecta durante el debate parlamentario.
La intervención de la diputada no solo fue inexacta sino también bochornosa, generando repudio y vergüenza a nivel nacional.
Este episodio destaca la importancia de saber a quienes votaron para que defiendan nuestros intereses, vociferan, chamuyan para obnubilar al electorado, pero a la hora de la verdad, quedan expuestos por la falta de conocimientos precisos de los temas que abordan, desinformando (un error imperdonable para una comunicadora) en instancias legislativas claves.
