Esta decisión drástica, que sigue al descalabro de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, ha evidenciado que al admirador del sionismo poco le importa el federalismo.
El presidente Javier Milei ha desencadenado una conmoción política al exigir la renuncia de dos figuras clave en su gobierno: Flavia Royón, secretaria de Minería, y Osvaldo Giordano, titular de la Anses.
La Oficina del Presidente de la República Argentina emitió un comunicado oficial anunciando la solicitud de renuncia de Giordano y Royón, pero no proporcionó detalles específicos sobre los motivos detrás de esta medida, aunque se sabe que es luego del fracaso de la Ley Ómnibus.
Milei responsabiliza a los funcionarios cercanos a los gobernadores peronistas por el fracaso legislativo, lo que ha generado un aluvión de críticas.
Pese a que en conferencia de prensa el vocero presidencial lo había negado. Según el comunicado, menciona la necesidad de funcionarios comprometidos con la modernización y simplificación del Estado, así como con la defensa de los argentinos contra aquellos que buscan mantener sus privilegios a costa del pueblo.
Esta justificación genérica deja espacio para interpretaciones y debates sobre si las renuncias son la venganza de Milei.
La falta de claridad sobre quiénes serán los sucesores de Giordano y Royón también ha alimentado la incertidumbre y la especulación sobre los próximos pasos del gobierno de Milei.
En un momento en que la estabilidad política es crucial para abordar los desafíos económicos y sociales del país, estas renuncias plantean interrogantes sobre la capacidad de Milei para gobernar y su disposición para trabajar con diferentes sectores políticos.
