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JUBILACIONES Y PENSIONES: PROMESAS INCUMPLIDAS Y AJUSTES INHUMANOS

El Gobierno nacional ha vuelto a sorprender a los jubilados y pensionados con una nueva medida que, bajo la apariencia de mejorar sus condiciones, en realidad profundiza su precariedad económica.

El Decreto 274/2024 oficializa una supuesta “nueva fórmula de movilidad” para los beneficios previsionales, pero detrás de las palabras bonitas se esconde una realidad desoladora.

Según este decreto, a partir de julio, las jubilaciones y pensiones se actualizarán mensualmente según las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC), publicado por el INDEC. En apariencia, esto podría sonar como una medida justa y necesaria para proteger los ingresos de nuestros adultos mayores frente a la inflación galopante. Sin embargo, la realidad es que esta fórmula es solo una cortina de humo para ocultar los verdaderos perjuicios que enfrentarán nuestros jubilados.

Para empezar, el supuesto “incremento extraordinario” del 12,5% anunciado para abril no es más que una migaja frente al voraz avance de la inflación en el último año. A esto se suma un adicional del 13,24% correspondiente al IPC de febrero, que intenta disfrazar la insuficiencia de este aumento extraordinario.

La jubilación mínima de abril apenas alcanzará los 171.283,31 pesos, una cifra que palidece frente al costo de vida actual.Pero la crueldad no termina ahí. Este aumento se complementa con un bono de 70 mil pesos, que si bien parece generoso, no es más que un parche para ocultar la realidad de un sistema previsional quebrado y desigual.

El desdoblamiento del pago prestacional solo demuestra la incapacidad del Gobierno para garantizar una gestión eficiente y transparente de los recursos destinados a los más vulnerables.

Lo más preocupante es que, bajo esta nueva fórmula, los jubilados y pensionados seguirán siendo víctimas de un sistema que los relega al olvido y la miseria. Aunque se asegura que la aplicación del índice no disminuirá sus ingresos, la experiencia nos enseña que las promesas del Gobierno suelen ser papel mojado frente a la voracidad de la inflación y la indiferencia de quienes detentan el poder.

Detrás de los anuncios grandilocuentes y las cifras pomposas, se esconde una cruda realidad: nuestros jubilados y pensionados siguen siendo los grandes olvidados de la política económica del Gobierno.

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