Judiciales

¿Tres muertes que se pudieron evitar? La tragedia de la falta de perspectiva de género en Salta

Es importante destacar que el día anterior a la fatalidad se había recibido un llamado al 911 por disturbios en el domicilio, al ser consultados, la policía “negó la existencia de denuncias formales de violencia de género”.

En un mes marcado por la violencia de machista la provincia se enfrenta a una cruda realidad: tres intentos de femicidio, una mujer desaparecida y dos femicidios consumados. Este alarmante panorama se produce en el contexto de la reciente prórroga de la ley de violencia de género, que parece no tener efectos tangibles en la protección de las víctimas.

La inacción de la fiscalía y la policía pone de manifiesto una preocupante falta de capacitación en género que deja a las mujeres salteñas en una situación de vulnerabilidad extrema.

La tragedia más reciente ocurrió este fin de semana en el barrio Ara San Juan, dónde Ayelén Guantay, de 25 años, y su padre, Juan Carlos Guantay, de 62, fueron apuñalados en su hogar. El principal sospechoso, Rodrigo Morales, se encontraba prófugo y su cuerpo fue hallado un día después tras suicidarse.

Gustavo Gerardi, responsable de prensa de la Policía de Salta, declaró que “no se registran denuncias por violencia de género, pero sí hubo un llamado al 911”, estas declaraciones dejan entrever la falta de seguimiento a la situación crítica.

Además agregó en una entrevista a Fm Aries que “cuando llegó el personal policial el día anterior, este masculino ya no estaba en el domicilio”.

Con estas declaraciones queda evidenciado que la intervención policial previa no solo falló en detectar la gravedad del conflicto, sino que también dejó a las víctimas expuestas a un desenlace fatal.

Respecto al femicida que se encontraba prófugo, y su cuerpo fue hallado ayer domingo, según la fiscalía integrada por Mónica Poma de la Unidad de Femicidios y Gabriel González de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas: “se habría quitado la vida el mismo día de los hechos”; al respecto el vocero de la Policía manifestó: “El cuerpo del masculino fue encontrado a 300 o 500 metros del domicilio, lo que sugiere que habría intentado escapar”.

La historia de Ayelén y su padre es un triste indicador de que, en muchas ocasiones, las muertes de mujeres son evitables si el sistema de justicia y las fuerzas de seguridad actúan de manera adecuada.

La negligencia de desestimar la peligrosidad de un llamado de emergencia por el mero hecho de que “la víctima no radicó denuncias formales”, revela que este sistema no escucha ni protege a quiénes están en peligro. Al menos una ronda policial deberían implementado.

Además, es inquietante pensar que el hijo de la víctima, con apenas dos años (que no era hijo del agresor), haya quedado huérfano.

Las mujeres, niñas, adolescentes y disidencias de Salta merecen un sistema que las escuche, las proteja y evite que más vidas se pierdan por la indiferencia y la falta de acción judicial.

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