
Así lo afirmó Diego Valdez, el protagonista de una historia que conmovió a toda la ciudad de Posadas, Misiones y que ahora recorre el país.
En tiempos donde las buenas noticias parecen escasas, un humilde vendedor de sándwiches y empanadas se convirtió en símbolo de honestidad. Diego, padre de dos hijos y trabajador de la calle tras el cierre del restaurante donde estaba empleado, halló un bolso con la impactante suma de 4 millones de pesos en el estacionamiento de un supermercado local.
Lejos de dejarse tentar por el dinero, Valdez no dudó en buscar al dueño del bolso, un médico de la ciudad, para devolvérselo intacto. “No puedo quedarme con algo que no es mío”, aseguró, dejando en claro que sus principios pesan más que cualquier cantidad de dinero.
El médico, profundamente agradecido por el noble gesto, le ofreció una recompensa como muestra de gratitud. Aunque en un principio Valdez se negó a aceptarla, finalmente accedió ante la insistencia del propietario.
La historia rápidamente se viralizó en medios locales y redes sociales, generando una ola de apoyo y felicitaciones para este vecino ejemplar.
En un contexto económico frustrante, Valdez demostró que la integridad personal no tiene precio.
Su acto recuerda que aún existen personas que, pese a las adversidades, eligen el camino de la honestidad.
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