“Menstruar no puede ser un lujo”: Uruguay garantiza ayuda mensual para mujeres vulnerables

El Gobierno de Uruguay incluyó en el proyecto de Ley de Presupuesto una medida inédita en la región: la creación de una canasta higiénica menstrual destinada a mujeres y personas menstruantes en situación de vulnerabilidad económica.
El beneficio, que se implementará a partir de 2026, alcanzará a unas 80.000 personas de entre 12 y 50 años titulares de la Tarjeta Uruguay Social (TUS), administrada por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES).
La iniciativa había sido impulsada en 2020 por la diputada colorada María Eugenia Roselló y finalmente fue aprobada el año pasado. Su puesta en marcha será posible gracias a la asignación de fondos dentro del nuevo Presupuesto Nacional.
“Este paso derriba brechas no solo económicas, sino también sociales y de salud. Asegura una menstruación digna y sin riesgos, y reconoce la salud como un derecho fundamental”, destacó Roselló en sus redes sociales.
Según el artículo 451 del proyecto, cada beneficiaria recibirá alrededor de $1.200 uruguayos por mes (equivalentes a unos $40.000 argentinos) por cada persona del núcleo familiar en edad de menstruar.
El monto fue calculado a partir de un relevamiento de precios en comercios de cercanía. El gasto promedio mensual por persona se estimó en $257 uruguayos, lo que equivale a $3.084 anuales.
Los costos de referencia se detallan así:
- Toallitas: 25 unidades por mes, con un gasto estimado de $190.
- Tampones: 18 unidades por mes, con un gasto estimado de $324.
Con estos valores, el gasto total anual del programa será de $415.681.520 uruguayos, es decir, entre 9 y 10 millones de dólares al tipo de cambio actual.
El financiamiento inicial prevé una inversión de 96 millones de pesos uruguayos en 2026, que aumentará progresivamente hasta alcanzar los 181 millones en 2029.
El proyecto surge tras más de una década de debate público en torno al acceso a productos de gestión menstrual y al impacto de la llamada “pobreza menstrual”, que afecta a niñas, adolescentes y mujeres que no pueden costear estos productos básicos.
Con esta política, Uruguay se suma a la tendencia regional que busca reconocer la menstruación como un tema de política pública y no solo de consumo individual.
Para la diputada Roselló, se trata de un cambio de paradigma social:“No incluimos copas menstruales ni productos que encarezcan el costo, pero este paso garantiza un piso básico de dignidad”, explicó.
La discusión parlamentaria del Presupuesto comenzará en las próximas semanas. Si la medida se aprueba sin modificaciones, Uruguay se convertirá en uno de los primeros países de América Latina en garantizar por ley el acceso gratuito a insumos de gestión menstrual para las personas de menores recursos.
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