El 52,9% de los argentinos son pobres. Este número escalofriante golpea el corazón de un país que alguna vez se enorgulleció de sus recursos, hoy, hasta su clase media está reducida a cenizas.
Mientras millones de argentinos no tienen qué comer, el presidente Javier Milei decidió dedicarse a lo que mejor sabe hacer: “show”. Desde el balcón de la Casa Rosada, y acompañado por Susana Giménez, saludando a las cámaras como si estuviera en el set de “Hola Susana”, ajeno a la realidad de un país que se desmorona.
Ayer, mientras los argentinos se desayunaban con la noticia de que la pobreza subió del 41,7% al 52,9% desde que el Libertario asumió, el presidente prefería sacarse fotos con la mujer que desprecia a los pobres y la clase popular, esa que sostiene durante años su programa, pidiendo un plano que le disimule la papada. Porque, claro, las apariencias parecen ser más importantes que el hambre de millones.
El contraste no puede ser más brutal: uno de cada tres niños en Argentina no come todas las comidas que necesita, mientras Milei y Karina —su hermana y consejera de facto— se ríen junto a la amiga del padre Grassi y el “perrhijo” Thor (único inocente en esta historia). La foto que se tituló “El día que Thor conoció a la Su” es la postal perfecta de personas que manejan el poder y están desconectados de la realidad.
Por su parte hay que destacar que la indigencia, creció un 50%. Uno de cada tres niños en el país no come todas las comidas necesarias para subsistir, y la mitad de la clase media cayó en la pobreza, un escenario que no se veía en décadas.
Pero, ¿cuál es la respuesta del gobierno? Festejar. El veto a los jubilados se celebró con un asado en Olivos, mientras el 35% de los adultos mayores vive por debajo de la línea de pobreza, necesitando más de 900 mil pesos para no caer en la miseria absoluta.
La falta de alimentos, la devaluación que devoró los salarios, los tarifazos que siguen empujando a la gente a la desesperación… todo parece ser una anécdota en el mundo paralelo en el que habita Milei y cia.
Este nuevo capítulo de frivolidad recuerda a los años 90, cuando el menemismo desfilaba con vedettes como Yuyito González, (nuevamente en escena al ocupar el rol de la mujer de turno del primer mandatario) mientras el país se entregaba a la especulación y al desmantelamiento de la industria nacional.
Hoy, bajo el mando del papá de Conan, esa misma lógica parece volver, pero con un desenlace más cruel: el hambre y la pobreza se consolidan como los rasgos más oscuros de su gobierno.
No hay que olvidar quién es Susana Giménez, una figura que fugó millones al exterior y alguna vez propuso que los pobres del norte se dediquen a criar gallinas en el campo, ayer se transformó en el símbolo de un gobierno frívolo.
La tarea que comenzó Mauricio Macri, de desmantelar el país para venderlo al mejor postor, la está terminando Milei con creces. El presidente no solo está cumpliendo con el guion de ajuste y saqueo, sino que además lo adorna con el peor show mediático que podamos imaginar.
Mientras tanto, los argentinos siguen cayendo en la pobreza, con un futuro cada vez más incierto. Pero el espectáculo no se detiene. Al fin y al cabo, como en los 90, el pan puede faltar, pero el circo sigue siendo gratuito.