La comunidad LGBT como estrategia política: ¿Apoyo real a la causa u oportunismo?
Varios candidatos tanto capitalinos como del interior de la provincia en el afán de ganar las elecciones ha como de lugar, amplían su espectro electoral y se interesan en captar los votos de la diversidad sexual.
No hay vacilación de que los progresos en la procedencia del matrimonio igualitario son signos de un giro revelador y profundamente arraigado. A mediados del 2010, Argentina fue el primer país de Latinoamérica, en permitir el casamiento entre las personas del mismo sexo.
En ese sentido, y a menos de pocas semanas de las elecciones provinciales, en las redes sociales, llamó la atención de algunos candidatos dispuestos a lo que sea para captar más votos e imponerse sobre sus rivales, decidieron acercarse a las personas de la diversidad sexual, para “aparentemente” dialogar y debatir la situación en la que se encuentran.
Una de ellas fue la candidata a intendente capitalina Bettina Romero, que en las redes se mostró compasiva y atenta a los testimonios de esta comunidad. Sobre este encuentro, la política destacó: “Hay gente valiosa que con su trabajo diario contribuye a que Salta sea más inclusiva”.
Sin embargo, salir del closet, manifestar el derecho a ser como uno quiere y se percibe, no siempre es fácil, en especial en lugares conservadores, como lo es nuestra provincia, de profundo carácter machista y conservador.
Además, es importante tener en cuenta, que la diversidad sexual es la más discriminada en Salta, la que sufre hostigamiento, comentarios hirientes e ignorantes, incluso, hasta malos tratos y agresiones en la vía pública.
Por último, es lamentable ver como las personas de la comunidad LGBT se brindan en cuerpo y alma a los políticos, estos mediante un mensaje alentador, generan falsas expectativas e ilusiones de una “sociedad más igualitaria”, cuando lo único que necesitan es captar la máxima cantidad de votos posibles y entrar a como dé lugar a la función pública.