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Ante el Maltrato Infantil no ser indiferentes: en la cuarentena este flagelo se convirtió en una amenaza silenciosa

En la cuidad de Metan se promovió la línea 102 a cargo de la delegada del Distrito Sur de la Secretaría de la niñez y la familia Mariana Cendoya quien trabaja con el acompañamiento de la Secretaría de Primera Infancia, Niñez y Familia que dependen del Ministerio de Desarrollo Social, para garantizar el cumplimiento de las leyes para proteger a los/as niños/as de adultos que, en lugar de cuidarlos, los castigan física y psicológicamente.
Las cifras son alarmantes. Históricamente, el 75% de las situaciones de abuso que sufren los niños son perpetradas por familiares o personas del entorno familiar. Por eso no sorprende que el aislamiento social esté agravando esta situación.
Cabe resaltar que este se trata de un delito difícil de detectar, por ser de índole privada, es deber del Estado velar por el bienestar de estos niños y niñas que han quedado tan peligrosamente atrapados en una convivencia prolongada con sus propios victimarios.
En la ciudad metanense Cendoya es la encargada junto a las asesoras de menores de cuidar y proteger a los niños y niñas de esa localidad. La línea 102 es otra herramienta que el Ministerio de la Primera Infancia Salteño brinda a los ciudadanos para denunciar de forma anónima cualquier situación que muestre un evidente peligro para los más pequeños.
Desde Organización Mundial de la Salud -OMS- refieren que estos maltratos se traducen a futuro en cuadros de depresión, dependencia del alcohol y las drogas, intentos de suicidio, además de trastornos alimentarios y comportamientos sexuales de alto riesgo.
Es necesario resaltar que toda acción que vulnere la Convención sobre los Derechos del Niño, que nuestro país suscribe, es considerada violencia. Los maltratos están tristemente extendidos: tan solo tres de cada diez hogares viven libres de violencia contra niños y niñas.
Además, cabe recordar que los abusos comienzan ya a temprana edad, incluso contra bebés, aunque recrudecen entre los 3 y los 6 años, y entre los 9 y los 13.
Si sos testigo de un hecho de violencia contra un menor denuncia de forma anónima, tal vez podes salvar la vida de un inocente.
En Salta hay varios hechos de violencia que terminaron con la vida de menores por qué los vecinos no actuaron a tiempo, en 2.015 el caso del pequeño Thiago Quipildor de 4 -cuatro- años dejó en vilo a toda la provincia y evidenció la falta de compromiso de funcionarios y de los propios vecinos. El niño falleció en el hospital materno infantil de Salta por una broncoaspiración que sufrió mientras estaba internado por los aberrantes signos de maltrato que sufrió en manos de sus cuidadores.
Su hermana de 7 -siete- años, Magalí Quipildor, sobrevivió pero estuvo más de cuatro meses internada en cuidados intensivos del mismo hospital con un cuadro de desnutrición moderada y signos de violencia. Los otros dos hermanos fueron reubicados en otro hogar, mientras que cinco funcionarios fueron separados de sus cargos junto a la ex ministra de Derechos Humanos Marianela Cansinos que además por ese entonces aseguró que “hubo una falla en el control” de los niños.
También podemos mencionar como antecedentes los casos de niños menores de 5 -cinco- años maltratados por sus propias madres en Jujuy y Añatuya -Santiago del Estero- este ultimo, el menor de tres años deambulaba desnudo a la vera de la ruta provincial 21 luego de escaparse de la brutal golpiza de su progenitora.
Por otra parte también es menester indicar que como país tenemos la carencia de estadísticas que brinden un panorama claro y concreto sobre los abusos y maltratos en la infancia, para poder con ellas elaborar políticas públicas serias.
Desde la OMS señalan que quienes sobreviven la violencia padecida en la infancia “viven marcados por el trauma emocional que perdura mucho después de que los moretones físicos o los gritos hayan desaparecido. Son heridas emocionales ocultas”.
En nuestro deber como ciudadanos no ser indiferentes cuando un niño/niña dice o muestra algún indicio de violencia, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.