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Tres científicos argentinos y uno mexicano descubrieron cómo hacer vulnerable al Covid-19

Se trata de un revolucionario método de filtrado de aire donde la electricidad vuelve inestable al virus. Podría aplicarse en escuelas, hospitales y lugares con alto tránsito de personas.

Mientras que gran parte de la comunidad científica se centraba en combatir al Covid-19 desde un punto de vista químico, con tratamientos y vacunas; tres investigadores argentinos y uno mexicano buscaron cambiar el paradigma ante la pandemia y se centraron en la física y su propagación. Incluso, su mirada fue aún más innovadora, ya que utilizaron los campos que se producen gracias a la electricidad.

La técnica que aplicaron estos cuatro latinoamericanos, que se encontraron en Alemania, ya revoluciona Europa. Mediante una suerte filtro pueden hacer que el virus sea vulnerable e ineficaz. En pocos días, la universidad de la que forman parte presentó un pedido de patente y actualmente varias empresas se contactaron con ellos para fabricar su proyecto, que fue publicado en la revista Nature Communications.

Este accionar no debería ser sorprendente, porque las ventajas del producto que desarrollaron Martín García, Pedro Ojeda-May, Pablo Rojas y Claudia Arbeitman son muchas: es económico, puede escalarse en poco tiempo, se puede aplicar a otras enfermedades y su instalación, ya sea en escuelas, hospitales, asilos de ancianos o cualquier lugar con alto tránsito de personas, es muy sencilla.

Para explicarlo de una forma científica pero sencilla, los campos eléctricos se conforman por dos placas, a las cuales se les aplica electricidad a un voltaje moderado, para imprimirles cargas positivas y negativas. Lo que queda en el centro es el campo propiamente dicho.

Ahora, para decirlo con una analogía, se podría imaginar que las placas son montañas y que el valle que se ubica en medio puede ser inundado gracias intensas lluvias (electricidad). Dependiendo de la precipitación (que se encuentra estudiada y establecida previamente) y la distancia entre las montañas, el virus “sumergido” sufrirá una modificación en su estructura que le impedirán que infecte a otras personas.

“Todos estaban trabajando la pandemia desde el punto de vista bioquímico, pero con los campos eléctricos podemos producir un daño estructural irreversible en la proteína Spike (S) del virus para no pueda identificar al receptor de la célula y así no infecte, porque una vez que ingresa, para nosotros, es demasiado tarde”, explicó Arbeitman (MN 165268) a TN.com.ar.

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