Un terremoto de 7,8 en la escala Richter azotó fatalmente a Turquía y Siria. El mismo, ocasionó miles de muertos y heridos, cientos de desaparecidos y millonarias pérdidas en destrozos edilicios y comercios en varias ciudades de ambos países.
El temblor se sintió a las 4:17 de la madrugada, a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
Actualmente, se estima casi 1.700 muertos y más de 2.800 heridos. Aunque es probable que el balance se agrave rápidamente, debido al número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir. Por el horario en que ocurrió el sismo, la mayoría de la gente estaba durmiendo en sus casas.
En Siria, cientos de personas perdieron la vida: al menos 239 en las zonas bajo control del gobierno de Damasco, según la televisión oficial, y unas 147 en los sectores controlados por los rebeldes, de acuerdo con los servicios de rescate.