
•Por: Carolina López, profesora en Ciencias Políticas.
La curiosidad ha sido una característica inherente al ser humano desde tiempos inmemoriales. Ha sido aquella inquietud que nos ha llevado a explorar, descubrir y entender el mundo que nos rodea.
No obstante, en tiempos recientes, parece que la sociedad se encuentra perdiendo está virtud, la falta de curiosidad limita cualquier tipo de desarrollo social y en consecuencia nuestro progreso se estancaría y con el también se pierde el aprendizaje, entre la ignorancia y el conformismo.
La inquietud intelectual y el desinterés por el cómo y el porque son actitudes diferentes hacia el conocimiento y la comprensión, por otro lado, el desinterés se refiere a la falta de motivación para investigar o indagar sobre los detalles, las razones y los mecanismos detrás de un tema.
Una persona sin curiosidad vaga sin rumbo, perdiéndose de las maravillas del saber, una vida que carece de emoción y profundidad, atrapada en una existencia monótona. Solo al abrazar la curiosidad pueden escapar de las sombras y abrazar el poder iluminador del conocimiento cómo afirmaba Azorín “la vejez es la pérdida de la curiosidad”.
•Biografía de la autora:
Carolina López es una profesora en Ciencias Políticas, oriunda de Metán, actualmente su autodeterminación la llevó a querer adquirir mas formación como futura Profesora de Historia, especialista en Politología, analista de fenómenos sociales, su larga instrucción le permitió tener experiencia en asuntos políticos y conocimientos en Historia de las Ideas Políticas, sistemas políticos comparados, teorías de las relaciones internacionales, economía política y del sector público, destacándose como consultora política.