Acompañada por sus hijos, una niña de 3 años y una bebé de 3 meses, la falta de comunicación sobre el caso la ha llevado a tomar esta medida extrema.
Clementina, cuyo esposo lleva tres meses detenido, ha decidido encadenarse a las puertas de la ciudad judicial de Tartagal en busca de información sobre la situación legal de su marido.
A pesar de la falta de respuestas oficiales, la solidaridad de la comunidad ha permitido que Clementina y sus hijos reciban apoyo en forma de alimentos. Ciudadanos compasivos les han proporcionado jugos, yogurt y pan, asegurando al menos la provisión de alimentos para la familia en este difícil momento.
La esperanza de Clementina es que algún funcionario de la justicia, ya sea a nivel federal o provincial, salga y le brinde la información necesaria para entender por qué su esposo permanece detenido. Mientras tanto, su protesta pacífica destaca la necesidad de transparencia y comunicación en situaciones legales que afectan a las familias.
Fuente: El Tribuno
