•Por: R.C.
En la sociedad actual, la pobreza sigue siendo un problema apremiante que requiere atención y acción urgentes.
Sin embargo, contrario a esta necesidad imperante, el gobierno nacional parece estar aumentando la carga sobre las personas que subsisten con recursos mínimos, mientras enriquece a sus empresarios “amigos”.
Estas líneas tienen como objetivo resaltar los efectos adversos de tales políticas, destacando cómo ignoran las necesidades del pueblo y, en cambio, lo castigan, perpetuando el ciclo de la pobreza.
La incapacidad del gobierno nacional para abordar adecuadamente la pobreza se evidencia en sus políticas que favorecen principalmente a los empresarios adinerados, lo que provoca un aumento en la disparidad económica.
La insistencia del gobierno nacional en implementar medidas de ajuste afecta de manera desproporcionada a aquellos que dependen de recursos mínimos para sobrevivir. Al recortar programas de bienestar social, reducir el gasto público o aumentar impuestos sobre necesidades básicas, el gobierno agrava la carga financiera sobre los empobrecidos, lo que conduce a una mayor desigualdad de ingresos. Por ejemplo, impuestos más altos sobre bienes esenciales como alimentos y medicinas impactan directamente en el poder adquisitivo de aquellos que ya luchan para llegar a fin de mes.
El favoritismo hacia los empresarios adinerados es otra forma en que el gobierno agrava la pobreza, a través de su trato preferencial hacia empresarios adinerados, a quienes se refiere como “amigos” del gobierno. Este favoritismo a menudo resulta en políticas que enriquecen a estos individuos, como exenciones fiscales, regulaciones laxas o contratos gubernamentales, ampliando aún más la brecha de riqueza. En consecuencia, las acciones del gobierno priorizan los intereses de unos pocos en lugar del bienestar de la población en general.
La reciente decisión del gobierno de otorgar incentivos fiscales sustanciales a grandes corporaciones, mientras recorta fondos para educación y atención médica, demuestra su falta de consideración hacia las necesidades de los empobrecidos.
En lugar de priorizar la reducción de la pobreza a través de programas sociales integrales, el gobierno nacional a menudo desvía recursos hacia otros sectores, descuidando la necesidad urgente de abordar la difícil situación de los empobrecidos. La inversión insuficiente en programas de educación, atención médica y creación de empleo dificulta aún más las perspectivas de aquellos que viven en la pobreza, atrapándolos en un ciclo de privación.
La renuencia del gobierno a asignar fondos adecuados para iniciativas educativas en comunidades desfavorecidas afecta directamente las perspectivas futuras de los niños nacidos en la pobreza. La falta de acceso a una educación de calidad perpetúa el ciclo de pobreza al restringir sus oportunidades de empleo y movilidad social ascendente.
La incapacidad del gobierno nacional para abordar eficazmente la pobreza tiene consecuencias graves para aquellos que luchan por sobrevivir con recursos mínimos. Al favorecer a empresarios adinerados, implementar medidas de ajuste extremo y descuidar programas sociales integrales, el gobierno perpetúa la desigualdad de ingresos y obstaculiza el progreso hacia la reducción de la pobreza. Para lograr un cambio significativo, es imperativo que el gobierno reevalúe sus políticas, dirigiendo su enfoque hacia una Argentina Humana que nos incluya a TOD@S.
La desnutrición puede afectar el crecimiento y desarrollo adecuado del cerebro de los niños, lo que puede resultar en un deterioro cognitivo.
Es importante destacar que el deterioro cognitivo y fisiológico nutricional no solo afecta a los niños en el presente, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo. La malnutrición en la infancia puede dejar secuelas permanentes en el desarrollo físico y mental de los niños, lo que puede afectar su calidad de vida en el futuro.
Para abordar esta problemática, es fundamental implementar políticas y programas que garanticen el acceso a una alimentación adecuada para todos los niños, especialmente aquellos en situación de pobreza. Esto incluye brindar alimentos nutritivos en las escuelas, promover la educación nutricional y fortalecer los programas de asistencia alimentaria.
Además, es importante abordar las causas subyacentes de la pobreza y la desigualdad que contribuyen a la falta de acceso a una alimentación adecuada.
El deterioro cognitivo y fisiológico nutricional de los niños pobres que no tienen acceso a una alimentación adecuada todos los días es una preocupación seria. La desnutrición puede tener efectos negativos en su desarrollo físico y mental, lo que puede afectar su aprendizaje, salud y calidad de vida en general. Es fundamental implementar políticas y programas que garanticen el acceso a una alimentación adecuada