Municipios

EN SANTA VICTORIA ESTE CINCO NIÑOS INDÍGENAS MUEREN POR DESNUTRICIÓN EN UNA SEMANA

El extremo norte salteño se estremece ante una dolorosa realidad: pequeños del Pueblo Nación Wichí perdieron la vida en menos de una semana, víctimas de una desnutrición que deja al descubierto las profundas brechas sociales y sanitarias de la región.

En medio de un contexto marcado por la pobreza, la falta de acceso a alimentos adecuados y la precaria atención médica, dos niñas y tres varones, sucumbieron ante la desnutrición que azota a Santa Victoria Este.

Cuatro de ellos luchaban contra esta cruel enfermedad, enfrentando un destino devastador.

El Ministerio de Salud Pública de la provincia confirmó cuatro de los fallecimientos, evidenciando la cruda realidad que enfrentan estas comunidades indígenas. El último deceso, el sábado 16 de marzo, cobró la vida de un niño de un año y ocho meses, quién padecía desnutrición crónica y había enfrentado días de agonía con vómitos incesantes.

Las historias de dolor se multiplican: una nena de solo un mes y medio, proveniente de la Comunidad San Miguel, y otra de dos años y cinco meses, integrante de la Comunidad Vertientes Chica, se suman a la lista de víctimas. Ambas enfrentaron un cuadro desolador de desnutrición aguda severa, con deshidratación y diarrea, luchando por sus vidas en hospitales que enfrentan serias deficiencias.

El llamado de auxilio resuena en las palabras de un cacique que prefiere permanecer en el anonimato: “La gente tiene hambre”.

Once menores de edad han perdido la vida en lo que va del año, una trágica realidad que revela el fracaso del sistema de salud para responder a las necesidades más básicas de estas comunidades vulnerables.

A pesar de los esfuerzos del Centro de Recuperación Nutricional, que ha logrado rescatar a más de 160 niños y niñas en dos años, la demanda sigue superando la capacidad de respuesta. Las causas estructurales que perpetúan la desnutrición siguen sin ser abordadas, dejando a muchos niños sin esperanza de un futuro mejor.

La falta de acceso a medicamentos, la escasez de fórmulas lácteas y los recortes en los recursos del Gobierno de Javier Milei, agravan aún más la situación. Mientras tanto, el calor sofocante y las crecidas de los ríos complican aún más el acceso a la atención médica y los suministros básicos.

Se espera que las autoridades tomen medidas concretas para abordar esta crisis humanitaria y garantizar que ningún niño más sufra las devastadoras consecuencias de la desnutrición.

La vida de estos cinco niños indígenas perdidos prematuramente nos recuerda la urgencia de actuar y brindar apoyo a las comunidades más vulnerables de nuestra sociedad.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior