Salta

Suciedad, Ratas y Maltrato Laboral: Otra vez exponen a una reconocida fábrica de empanadas

Lo que comenzó como quejas esporádicas sobre empanadas con pelos, mal olor, destruidas o quemadas, ha escalado a un verdadero escándalo sanitario gracias a la valentía de una empleada que decidió romper el silencio.

En las últimas semanas, las redes sociales se han visto inundadas con denuncias alarmantes sobre la higiene y el manejo de alimentos en una reconocida fábrica de empanadas. Una cadena en diversos puntos de la ciudad y en Yerba Buena, Tucumán.

Trabajé en La M** Empanadas, un desastre la preparación de la comida“, comienza el impactante testimonio de una ex trabajadora, quién reveló el estado deplorable de la sucursal de Av. Belgrano, dónde se encuentra la fábrica principal.

Las fotos adjuntadas muestran ratas muertas cerca de los hornos, cucarachas y mascotas deambulando por la zona de elaboración.

Las ollas en las que se preparan los alimentos están percudidas y oxidadas, reutilizando restos sin ser lavadas. Las tablas de plástico están llenas de hongos y se usan para cortar todo tipo de alimentos, sin distinción entre crudos y cocidos. El matambre hervido se deja enfriar al aire libre durante horas, atrayendo moscas y gatos callejeros. La cadena de frío no existe: las heladeras están rotas y los alimentos se almacenan de manera inapropiada”, cuenta la joven.

Además indica que: “La dueña, junto a su hijo, han ignorado las reiteradas quejas de los empleados. Una piscina llena de agua verde y mosquitos en el centro de la fábrica se ha convertido en un criadero de dengue. Los desechos de las mascotas que viven en el lugar no se limpian, y el olor a heces y orina es insoportable”.

La trabajadora manifestó que “el estado de abandono en la planta alta permite la proliferación de ratas que luego bajan a la cocina. Las bandejas de horneado están cubiertas de grasa acumulada y los empleados no usan cofias ni guantes”.

Cualquiera puede ingresar a la cocina sin medidas de higiene. Los cajones dónde se almacenan las empanadas se llenan de tierra y pelos de animales, y los caniches orinan en ellos. Luego, estos cajones se utilizan para congelar las empanadas, que se reparten en vehículos sin refrigeración adecuada”, denuncia.

Por otra parte, habla sobre las condiciones laborales que serían igual de preocupantes. “Los empleados son maltratados, insultados y agredidos. La dueña paga sueldos miserables”.

Según esta ex empleada en el local de Av. Bicentenario, la situación es aún más grave: “el espacio reducido y la falta de higiene hacen que trabajar allí sea insostenible. Los empleados deben realizar múltiples tareas, incluyendo cocinar y limpiar, mientras los animales hacen sus necesidades en las cajas dónde se almacenan las empanadas”.

Esta ex trabajadora pide una intervención urgente de las autoridades sanitarias y laborales. La salud de los consumidores y la dignidad de los trabajadores están en juego.

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