Con el lema “Tu Viaje, Tu Camino”, este año la campaña pone el foco en el recorrido personal de cada paciente hacia el diagnóstico y tratamiento.
En el marco del Día Internacional de la Urticaria Crónica, que se conmemora cada 1 de octubre, se busca visibilizar una enfermedad que afecta profundamente la calidad de vida de quién la padecen.
En Argentina, se estima que entre el 12 y el 22% de la población experimentará algún tipo de urticaria a lo largo de su vida, y alrededor de 100.000 personas, entre adultos y niños, sufren la forma crónica de esta patología.
Urticaria crónica: ¿qué es y cómo afecta?
La urticaria crónica se manifiesta con ronchas en la piel que provocan intensa picazón y, en algunos casos, dolor. Estas lesiones cutáneas, que duran menos de 24 horas, suelen desaparecer y reaparecer en otras zonas del cuerpo. Sin embargo, cuando persisten por más de seis semanas, se considera crónica.
Existen dos formas principales: la urticaria espontánea, cuyos desencadenantes son desconocidos, y la inducible, que puede activarse por estímulos como el frío, el calor o la luz solar.
A pesar de que sus síntomas pueden parecerse a los de una alergia, la urticaria crónica espontánea no lo es. Este diagnóstico confuso genera frustración entre los pacientes, ya que no se identifican factores externos que puedan evitarse.
A esto se le suma que cerca del 40% de los afectados también sufren angioedema, una hinchazón profunda en zonas como los labios, párpados o lengua, que puede complicar aún más la condición.
El impacto silencioso en la vida diaria
La urticaria no solo afecta la piel, sino que también tiene un fuerte impacto emocional. Los pacientes enfrentan dificultades para dormir, hacer deporte, trabajar, e incluso mantener relaciones íntimas, lo que puede llevar a una sensación de aislamiento y malestar emocional.
La ansiedad y la depresión son comunes entre los afectados, quienes muchas veces ven limitada su vida social y laboral. De hecho, uno de cada cuatro pacientes falta al trabajo al menos una vez al mes por esta causa.
“El control de la urticaria es un proceso individual y personalizado. En el Hospital Italiano estamos comprometidos a acompañar a cada paciente en ese viaje”, sostiene el Dr. Claudio Parisi, jefe de Secciones Alergia Adultos y Pediátrica del Hospital.
Sin embargo, el camino hacia una mejora no siempre es fácil. Aproximadamente el 50% de los pacientes no responde a los antihistamínicos convencionales, lo que los obliga a explorar tratamientos más avanzados.
Tecnología al servicio de los pacientes
El Hospital Italiano ha implementado el uso de Cruse® Control Urticaria, una aplicación diseñada por especialistas para ayudar a los pacientes a monitorear sus síntomas diarios. Esta herramienta gratuita facilita la comunicación con los médicos y permite ajustar los tratamientos de manera más precisa.
“Con Cruse®, podemos seguir más de cerca la evolución de la enfermedad y personalizar el manejo clínico”, destaca la Dra. Carla Ritchie, médica de planta de la sección de Alergia Adultos del Hospital Italiano.
Esta tecnología representa un paso importante en el tratamiento de la urticaria crónica, brindando a los pacientes la posibilidad de llevar un control más riguroso y obtener mejores resultados en su calidad de vida.
La urticaria crónica es mucho más que una simple picazón; es una enfermedad que puede afectar cada aspecto de la vida de quiénes la padecen.
Concientizar sobre su impacto y avanzar en los tratamientos es clave para mejorar la realidad de miles de argentinos que lidian con este desafío invisible día a día.