La Universidad Nacional de Salta (UNSa) se convirtió en el epicentro de la protesta cuando, al conocerse la noticia, un grupo de estudiantes tomó el rectorado en rechazo a lo que consideran “un golpe mortal” al futuro de la educación pública.
La tensión social también se hizo notar en la provincia luego de que la Cámara de Diputados de la Nación ratificara el veto presidencial de Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, con el apoyo del macrismo.
El veto, que logró 84 votos favorables por parte del oficialismo y sus aliados, frente a los 160 de la oposición, 5 abstenciones, dejó en evidencia lo más rancio de la política mileista apoyada por el PRO.
Con la intervención de Mauricio Macri, el PRO se alineó con el gobierno de Milei, facilitando que la medida siga adelante.
Cabe resaltar que las abstenciones y las ausencias de varios diputados fueron claves para inclinar la balanza a favor del veto.
Los estudiantes de la UNSa, al igual que miles de jóvenes en todo el país, esperaban que la ley garantizara un presupuesto suficiente para enfrentar las crecientes demandas de las universidades públicas. La decisión de Milei y el respaldo macrista fueron recibidos con indignación, y la toma de los rectorados no tardó en llegar.
“Nos están quitando el futuro, están desmantelando la educación pública mientras dicen que la defienden”, expresó una de las voceras del movimiento estudiantil desde el rectorado tomado.
La frustración en los jóvenes y profesores se ha multiplicado, ya que consideran que este veto es un avance más en el ajuste que sufren las instituciones educativas.
El rectorado de la UNSa se convirtió en una fortaleza simbólica de resistencia, donde los estudiantes se organizan para dar visibilidad a su reclamo.
La toma es pacífica pero firme: “se realizó una pequeña asamblea y se invita a más estudiantes a sumarse y a los medios de comunicación a dar visibilidad”, indicó la lic. en Ciencias de la Comunicación, Maira López, que forma parte del equipo de prensa de la Universidad.