Esta emotiva historia llegó a la empresa, que decidió grabar una campaña publicitaria en julio para el Día de los Abuelos.
Lucía Aceto, una joven de Tierra del Fuego, decidió honrar a su abuelo Lalo tatuándose un butter toffee de Arcor junto a la frase “¿Cómo te va, bichito?”.
Los butter toffee eran un símbolo de la relación entre Lucía y su abuelo: “Cuando me veía, me decía ‘¿Cómo estás, bichito?’ y luego me ofrecía un caramelito”, recordó Lucía.
Lalo, originario de San Juan, se había mudado a Ushuaia hace 10 años y falleció en 2023. Lucía, su única nieta mujer y quien vivía con él, mantenía un vínculo muy estrecho con su abuelo.
La joven siempre supo que se tatuaría los caramelos favoritos de Lalo y que la frase icónica de su abuelo acompañaría el diseño. Para hacer el homenaje aún más especial, buscó una agenda vieja, copió la caligrafía de su abuelo y completó el tatuaje.
Además, eligió a Lucía Franzé, una reconocida tatuadora de Buenos Aires, para realizar el trabajo. Tras conseguir un turno, viajó a la capital y cumplió con su plan.
Lo que comenzó como un gesto personal pronto se viralizó. La publicación de la tatuadora en redes sociales alcanzó 1.5 millones de vistas en X (antes Twitter), superó los 40 mil “me gusta” y acumuló numerosos comentarios de usuarios compartiendo sus propias historias con sus abuelos.
Ante la repercusión, Arcor se contactó con Lucía y la tatuadora. “Primero me mandaron caramelos; fue irónico porque estaba tratando de dejar lo dulce. Luego, en marzo, me escribieron para hacer un video. No estoy acostumbrada a la exposición, y la idea de que me grabaran me parecía mucho”, relató Lucía.
En abril, Arcor visitó a Lucía para preparar el material audiovisual, que se estrenó en el Día de los Abuelos. La campaña tuvo tanto impacto que la joven fue invitada a conocer la fábrica de Arcor en Córdoba.
El video compartido en Instagram superó los 2.1 millones de reproducciones y más de 300 comentarios, con muchos usuarios compartiendo anécdotas y recuerdos relacionados con sus abuelos.
“Mi abuela me daba los de menta con chocolate”; “Mi papi me traía todos los viernes un Bon o Bon”; “Todos los días me daba un peso para comprarme un chocolatín Arcor blanco”, son algunos de los testimonios que reflejan cómo esta historia tocó las fibras más íntimas de miles de personas.
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