Gravísimo: Denuncian al Auxiliar Fiscal metanense Julio Brandán por abuso de poder y maltrato

Una letrada lo denuncio por violencia institucional tras haberle negado el acceso al expediente de su defendido, a pesar de que el juzgado de garantías ya había autorizado su consulta, además le cerró la puerta en la cara llegando a rozarla en su apuro por salir.
La Fiscalía N°1 del Distrito Sur vuelve a estar en el centro de la polémica. Julio Brandán, el auxiliar fiscal que lleva adelante la dependencia en reemplazo del fiscal titular Sergio Castellanos –quien prácticamente no se presenta a trabajar hace casi dos años, según pudo averiguar este medio, es por razones de salud–, fue denunciado ante la Procuración por la abogada María Albarracín.
La abogada intentó acceder al legajo de su defendido con una orden judicial en mano, fue agredida y humillada por Brandan, quien le negó el acceso sin justificación alguna y, según su testimonio, la rozó al salir de su despacho.
El accionar de Brandán, lejos de ser un caso aislado, refuerza las denuncias previas en su contra por abuso de autoridad, destrato y negligencia en el ejercicio de su función. Más grave aún es que su inoperancia y actitud violenta afectan directamente a la ciudadanía.
Según testigos, el fiscal auxiliar no solo le negó arbitrariamente el acceso al legajo a la abogada, sino que la maltrató y, al retirarse de la oficina, le cerró la puerta en la cara, llegando a empujarla en su apuro por salir.
Al llegar la información a InfoSalta, nos contactamos con la letrada para chequear información y nos respondió: “Si sucedió el hecho”. “Tenía toda la formalidad de la ley para intervenir en la defensa de mi cliente. ¿Qué recibí a cambio? La negativa del fiscal, quien me dijo: ‘Ya le dije, doctora, que no va a ver el legajo porque yo lo decido. El Juzgado de Garantías no tiene que decirme a mí’. Y al salir, me cerró la puerta en la cara y empujó”.
Y agregó: “Quiero hacerlo público y denunciarlo ante la Procuración porque no quiero que esto le pase a otro colega o a personas vulnerables”, declaró Albarracín a InfoSalta.
“Cuando estuve ahí, vi cómo el fiscal también maltrataba a un hombre víctima de tentativa de homicidio que estaba prestando declaración, violando la ley de víctimas 8224”, mencionó.
Un fiscal sin control y sin preparación
Brandán ha sido señalado en reiteradas oportunidades por su ineficiencia y su actitud prepotente con abogados y ciudadanos que acuden en busca de justicia. Distintas fuentes coinciden en que llegó a su puesto más por amiguismo político que por méritos propios, y que su formación es deficiente para el cargo que ocupa.
El problema no se limita a este último episodio. La Fiscalía N°1, bajo la gestión de Brandán, ha sido denunciada por inacción en casos graves, desde hechos de violencia institucional hasta homicidios y casos de maltrato animal en la localidad de El Galpón.
En lugar de impartir justicia, la dependencia parece haberse convertido en un agujero negro donde las causas se estancan o desaparecen sin resolución.
Las denuncias acumuladas contra Brandán plantean una pregunta clave: ¿cómo llegó a ocupar ese cargo? ¿Quién lo puso allí sin los requisitos mínimos de idoneidad?
Más preocupante aún, ¿por qué la Procuración sigue permitiendo que maneje causas judiciales cuando existen antecedentes claros de abuso de autoridad y mal desempeño?
Cargos clave ocupados por incompetentes con sueldo millonarios que pagamos todos
La situación de la Fiscalía N°1 no solo deja en evidencia la ineficiencia del sistema judicial en el Distrito Sur, sino también el despilfarro de recursos públicos. Se destinan sueldos millonarios a funcionarios que no cumplen con sus funciones y que, en lugar de garantizar el acceso a la justicia, terminan siendo un obstáculo para ella.
Mientras tanto, Sergio Castellanos, el fiscal a cargo de la dependencia, brilla por su ausencia. Desde hace casi dos años, es Brandán quien maneja la fiscalía como si fuera su propio feudo, decidiendo arbitrariamente qué casos avanzar y cuáles enterrar.
No solo Castellanos nunca está presente, sino que Brandan, quien lo reemplaza, se ha dedicado a entorpecer procesos judiciales y maltratar a quienes buscan justicia.
La gravedad de lo sucedido no puede quedar en la nada. Es urgente que se investigue cómo llegó Brandan a este cargo y quién lo sostuvo en él a pesar de su evidente incapacidad y abuso de poder.
La denuncia de María Albarracín es solo la última de una larga lista de acusaciones contra un funcionario que parece intocable. ¿Hasta cuándo la justicia seguirá mirando para otro lado?
La Procuración tiene la oportunidad –y la obligación– de investigar a fondo este escándalo y determinar si Brandán debe seguir en un cargo donde su presencia parece ser más un problema que una solución.
La ciudadanía necesita fiscales que impartan justicia, no déspotas que usan su cargo para maltratar y violar derechos.