
Estudiantes de la Escuela Técnica N°3133 “Prof. Rosmiro Bazán” crearon una mesa adaptada para su compañero Mariano, que se moviliza en silla de ruedas.
Lo que comenzó como un proyecto escolar terminó convirtiéndose en una poderosa lección de empatía y trabajo en equipo que emocionó a toda la comunidad.
En una escuela técnica de San José de Metán, un grupo de alumnos demostró que las herramientas más valiosas no están en los talleres, sino en el corazón. Los estudiantes de 1° 5ta del Ciclo Básico de la Escuela de Educación Técnica N°3133 “Prof. Rosmiro Bazán” construyeron una mesa de trabajo adaptada para su compañero Mariano Cuccuru, un joven que se moviliza en silla de ruedas y participa con entusiasmo en todas las actividades escolares.
La historia comenzó en el taller de carpintería, a cargo del profesor Walter Navarro. Allí, Mariano necesitaba un espacio ergonómico que le permitiera trabajar con comodidad. Fue entonces cuando sus compañeros —Valentino, Zoe, Emilia, Bautista y Tomás— decidieron tomar la iniciativa y diseñar una mesa especialmente pensada para él.
El jefe de los talleres de la institución, Anatolio Fernández, explicó a InfoSalta que la escuela lleva adelante distintas estrategias de inclusión. “Mariano ya había pasado por talleres de electricidad y hojalatería, donde se hicieron adaptaciones específicas. Pero esta vez fue diferente: fueron sus propios compañeros quienes dieron el paso y propusieron construir algo para él. Eso tiene un valor enorme”, señaló.
Y agregó: “Fue un trabajo lleno de empatía, comprensión y compromiso. Los chicos demostraron que la técnica también enseña valores, que se puede aprender con la cabeza y con el corazón”.
El proceso fue completamente colaborativo: desde los primeros bocetos hasta el armado final, los estudiantes trabajaron juntos aplicando sus conocimientos técnicos para resolver un desafío real. Cada medición y cada tornillo se transformaron en un símbolo de compañerismo.
Fernández destacó que “La Escuela Técnica N°3133, además, cuenta con un Servicio de Educación Integral (SEI) que articula con la Escuela Especial Evita para garantizar espacios accesibles y cómodos”. Sin embargo, en este caso, la inclusión nació espontáneamente del propio grupo de alumnos, que entendió que la educación no solo se mide en notas, sino en gestos.
El proyecto emociona a toda la comunidad educativa. “No fue solo una mesa: fue un acto de empatía, una muestra de que los jóvenes pueden cambiar realidades cuando se comprometen con el otro”, expresaron desde la institución.
La nueva mesa de Mariano hoy ocupa un lugar especial en el taller. Pero más allá de su estructura de madera, representa algo mucho más grande; la prueba de que la inclusión se construye día a día.
“Estos chicos nos recordaron que la técnica no solo forma profesionales, sino personas capaces de mirar al otro y tender la mano”, concluyó el docente.
📌 Publicado por Diario InfoSalta




