El Gobierno festeja superávit en plena campaña, pero crece la presión para sostener el ajuste
El Gobierno nacional cerró octubre con superávit fiscal, pese a las tensiones que impone el calendario electoral. De acuerdo con datos difundidos por el Ministerio de Economía, las cuentas públicas registraron un saldo positivo de $517.672 millones, impulsado por un superávit primario de $823.825 millones, cifra que luego se redujo tras el pago de $306.253 millones en intereses de deuda.
Estos resultados representan un superávit financiero equivalente al 0,5% del PIB y un superávit primario del 1,4%, con un objetivo oficial de alcanzar el 1,6% al cierre de 2025, compromiso central dentro del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El presidente Javier Milei celebró las cifras a través de redes sociales, destacando que el cumplimiento fiscal se logró “en el momento más intenso de la campaña electoral”. En esa misma línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que los números reafirman el “compromiso absoluto con el ancla fiscal”, incluso en un mes atravesado por las elecciones legislativas de medio término.
Economistas y analistas del mercado financiero observan estos resultados como un indicador clave para evaluar la capacidad futura del país de atender pagos en moneda extranjera sin recurrir a financiamiento externo.
El balance positivo llegó acompañado de una caída del 2,4% interanual en los ingresos totales, que sumaron $11.987.193 millones. De acuerdo con un informe del IARAF, los ingresos tributarios se redujeron un 5,3% real respecto del año anterior, mientras que los ingresos no tributarios crecieron un 33% real.
En paralelo, el gasto primario cayó un 1,3% interanual, aunque el gasto en intereses subió un 4,3% en términos reales. Esto derivó en que el superávit fiscal de octubre de 2024 (equivalente a $687.000 millones en pesos constantes) se redujera a $517.000 millones en 2025, una baja real del 25%.
El Ministerio de Economía atribuyó parte de la merma en la recaudación a la eliminación del impuesto PAIS, que representaba cerca de $550.000 millones mensuales, y a los ingresos extraordinarios que se habían registrado en octubre del año pasado por el blanqueo de capitales y el régimen especial de bienes personales.
También afectó la recaudación el programa que incentivó la liquidación de exportaciones sin retenciones para el sector agropecuario, que restó al fisco alrededor de $500.000 millones.
A pesar de la estrategia de ajuste del Gobierno, en octubre hubo un nivel de subsidios mayor al previsto, que superó el billón de pesos. Los destinados al sector energético crecieron un 28,2% interanual nominal y los de transporte un 27,3%, cifras por debajo de la inflación pero superiores a lo proyectado por el Ejecutivo.
En noviembre comenzó un proceso de liberalización tarifaria con el fin de acercar los valores que pagan los usuarios a los costos reales de producción y distribución.
La metodología oficial para medir el superávit también está siendo discutida. Algunos economistas advierten que si se sumaran los intereses capitalizados de las LECAPs, que incrementan la deuda, el resultado financiero acumulado a octubre mostraría un déficit del 2,3% del PIB, según estimaciones del economista Nicolás Gadano.
Mientras el Gobierno resalta su logro fiscal en medio del proceso electoral, las consultoras señalan que alcanzar la meta del 1,6% del PIB será “exigente” sin un repunte sostenido de la recaudación y sin un ajuste más profundo en subsidios y gasto de capital.
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