La carne mete presión a los bolsillos: sube 25% y anticipa un noviembre más caro
Los precios mayoristas de la carne vacuna aumentaron alrededor de un 25% en las últimas semanas y aún no se trasladaron por completo a las góndolas. La suba se explica por una oferta limitada, un mercado internacional firme y un negocio exportador en alza, factores que colocan un piso alto a la inflación de noviembre en la previa de las Fiestas.
La carne vacuna es uno de los productos con mayor incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), por lo que el incremento impactará directamente en los registros del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). A estos aumentos se suman otros factores que presionan sobre el costo de vida: la suba del transporte y el pago extraordinario de la energía eléctrica.
En los mercados mayoristas, las cotizaciones ya muestran el salto. Según datos del economista Amílcar Collante, los precios en el Mercado de Cañuelas pasaron de un rango de $3250/$3500 por kilo entre junio y septiembre a los actuales $4260. Se espera que parte de este incremento llegue al consumidor final en los próximos días.
Las comparaciones interanuales ilustran la magnitud del ajuste. En noviembre de 2023, el asado de novillito figuraba en listados oficiales de precios justos a $1616 por kilo. En 2025, el mismo corte se vende en promedio a $16.000 por kilo.
La diferencia también se observa al medir el valor de la carne en dólares. Con un dólar oficial a $376 en noviembre de 2023, se necesitaban alrededor de 4 dólares para comprar un kilo de asado. Hoy, con precios que requieren al menos 10 dólares para el mismo corte, el cálculo proyectado ubica un “dólar carne” cercano a los $3760.
El salario mínimo vital y móvil también muestra el deterioro del poder adquisitivo. En noviembre de 2023 ascendía a $146.000, cifra equivalente a 388 dólares al tipo de cambio oficial de entonces. En la actualidad, el salario mínimo es de $322.000, que al tipo de cambio de $1500 representa unos 214 dólares.
Con incrementos acumulados en alimentos, transporte y servicios, noviembre se perfila como un mes de presión inflacionaria sostenida, mientras los consumidores esperan cómo se trasladarán estas subas a los precios finales.
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