Sociedad

LA REALIDAD DESOLADORA DE LOS SIN TECHO: UN GRITO DE REVOLUCIÓN EN EL 25 DE MAYO 

•Por: Rita Caliva

En un mundo donde la escasez y la desigualdad son moneda corriente, la realidad se torna desoladora para aquellos que no tienen acceso a lo más básico para subsistir. La falta de comida, de un techo digno y de oportunidades laborales se convierten en un círculo vicioso que desgasta la esperanza y los ánimos de quienes se encuentran atrapados en esa situación.

Cuando el estómago ruge de hambre y el frío cala los huesos por la falta de un techo, la mente se ve abrumada por la incertidumbre y la desesperación. En medio de esta penuria, surge la idea de que un pedazo de tierra podría ser la llave para cambiar el rumbo de una vida marcada por la carencia. La fe se convierte en el refugio en las noches más gélidas, manteniendo encendida una luz de esperanza en medio de la oscuridad.

Los sonidos del cuerpo que claman por alimento y los ruidos de una mente perturbada por la falta de sentido y compasión crean una sinfonía de sufrimiento. En este contexto, la lucha por sobrevivir se vuelve una batalla diaria contra un sistema que parece indiferente ante las necesidades más básicas de sus ciudadanos.

Es en este escenario desolador donde la militancia se erige como la religión del amor al prójimo, como la fuerza que impulsa a levantar la voz y a luchar por un mundo más justo y equitativo. Sin ella, la batalla estaría perdida desde el principio. Hoy, más que nunca, se hace eco el grito de revolución, clamando por tierra, techo y trabajo para todos.

En este 25 de Mayo del 2024, la realidad de aquellos que sufren la falta de lo indispensable para vivir nos interpela a todos como sociedad. Es hora de que cada uno de nosotros se una a la causa, se comprometa con la lucha por un mundo donde la dignidad y la justicia sean el pilar sobre el cual se construya el futuro. Solo así podremos transformar un mundo de carencias en uno de oportunidades y esperanza para todos.

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