
El aumento del delito tecnológico y la creciente conectividad exponen a los usuarios a riesgos financieros importantes ante el robo de celulares. La rapidez en la reacción y las medidas preventivas son clave para minimizar el impacto en billeteras virtuales y cuentas bancarias.
Según datos del Observatorio de Seguridad Ciudadana, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se denuncian cerca de 10.000 robos de celulares por día, lo que equivale a 416 equipos por hora. En los últimos doce meses, más de un millón de dispositivos fueron bloqueados por robo, hurto o extravío.
Los delincuentes priorizan el acceso a información personal y financiera sobre el valor material del dispositivo. Una práctica frecuente es activar el modo avión inmediatamente tras el robo, desactivando GPS, llamadas y mensajes, lo que dificulta el rastreo y bloqueo a distancia.
Si el teléfono carece de bloqueo seguro, el asaltante puede ingresar rápidamente a redes sociales, correo electrónico y aplicaciones bancarias. En algunos casos, extraen la tarjeta SIM para usarla en otro equipo y obtener códigos de verificación de servicios digitales, incluyendo billeteras virtuales y aplicaciones de pago.
Medidas preventivas recomendadas
- Reducir tiempo de bloqueo automático: configurar pantalla a 15 segundos.
- Bloqueo robusto: combinar PIN, patrón o contraseña con huella digital.
- PIN para apagar el teléfono (Android): evita reinicios no autorizados.
- Ocultar patrón de desbloqueo: impide que se copie fácilmente.
- Contraseña en la SIM: protege el chip ante cambios de equipo.
- Seguridad en iPhone: automatizaciones ante modo avión, bloqueo remoto y ubicación compartida.
Pasos urgentes tras un robo
- Denunciar la línea llamando al 910 para suspender el servicio.
- Bloquear el IMEI: código único de 15 dígitos que inutiliza el teléfono.
- Cambiar contraseñas de correo, bancos, billeteras y apps conectadas.
- Desvincular tarjetas asociadas a servicios de movilidad, delivery o pagos.
- Presentar denuncia policial y notificar al banco para activar protocolos de seguridad.
Los expertos destacan que los smartphones concentran la mayor parte de la vida digital: acceso a cuentas bancarias, historial médico, archivos, fotografías y credenciales de aplicaciones. Por eso, el robo multiplica el daño potencial y facilita operaciones financieras no autorizadas o suplantación de identidad.
La clave para minimizar riesgos es combinar prevención con respuesta inmediata, actualizando las medidas de seguridad y siguiendo los protocolos recomendados por bancos y operadoras.
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