Tras incontables idas y vueltas, primó la cordura y el histórico River-Boca no se jugará porque los dos equipos no se encuentran en igualdad de condiciones.
Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, confirmó que la final quedó postergada y convocó a Angelici y D’Onofrio a Asunción para ver cuando se juega.