Kosteki y Santillán: una masacre todavía impune
En la Masacre de Avellaneda fueron asesinados los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, además de las decenas de heridos con bala de plomo y más de un centenar de arrestos. Cómo fueron los hechos, el encubrimiento de los medios de comunicación y la impunidad de los responsables políticos que hoy siguen en funciones.
“La Masacre de Avellaneda no fue un exceso policial. Fue un plan político organizado para acallar al pueblo”. Con esa frase, cada 26 junio diferentes organizaciones políticas y sociales se reúnen en los actos que conmemoran la represión y el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en 2002.
Maxi y Darío llegaron muertos al Hospital de Fiorito. En la estación de Avellaneda Maxi había sido baleado en el pecho. Darío volvió a socorrerlo, la policía lo cercó y al tratar de huir recibió un disparo en la espalda. Ambos pertenecían al Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón. Ese día en coordinación con otras organizaciones, iban a cortar cinco accesos rápidos a la Capital Federal en una apuesta para demostrar su unidad y capacidad de movilización. Al MTD, por su fuerte presencia en el sur, le tocaba cortar el Puente Pueyrredón. Allí, más de cinco mil personas reclamaban mejoras en las condiciones de los subsidios, insumos para centros de salud y escuelas, desprocesamientos de luchadores sociales y el fin de la represión.
El secretario de Seguridad Interior del presidente Eduardo Duhalde, Juan José Álvarez, había advertido días antes que “si se cortan todos los accesos al mismo tiempo será tomado por el Gobierno como una acción bélica” –Clarín 19/06/02-. A cargo del operativo de seguridad estuvo el ex comisario de la policía bonaerense Alfredo Fanchiotti. Dispuso evitar el corte del puente y perseguir a los manifestantes por los alrededores. Así sucedió.
Inmediatamente como las columnas piqueteras avanzaron contra el puente, la policía entró en acción. Primero dispersó a los manifestantes lanzando bombas de gas lacrimógeno, luego atacó con postas de goma y remató con balas de plomo. Además de los dos muertos, hirieron a 90 personas, más de 30 con balas de plomo, y arrestaron a otros 150.
Qué dijeron los principales diarios del país
EL 27 de junio de 2002 el diario Clarín tituló en tapa: La crisis causó dos nuevas muertes. Julio Blanck, editor jefe del diario y actual director general, admitió en el documental La crisis causó dos nuevas muertes que ese título fue un error, “no es la crisis, mataron a dos tipos”. Sin embargo, esa edición Clarín solo sembró dudas sobre los autores de los asesinatos.
El diario La Nación colaboró en el mismo sentido para ennegrecer lo sucedido. En un llamado a la “alarma social”, mintió de manera aberrante. Dijo que los piqueteros eran grupos radicalizados; que dispararon armas de fuego; que se enfrentaron entre ellos.
Aun así, el periodismo cumplió un importante rol para buscar culpables. Fueron las fotos que sacaron Sergio Kovalevsky y “Pepe” Mateos, fotógrafo de Clarín, las que permitieron reconstruir los hechos para clarificar los asesinatos de Dario y Maxi.
Fuente: La Izquierda Diario