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El “impuestazo” golpea fuertemente a General Pizarro

Productores de agricultura familiar y minifundistas de General Pizarro, al norte del departamento Anta, se comunicaron con El Tribuno para expresar su malestar por el cobro de una tasa municipal que consideran coercitiva y fuera de lugar, atento a que grava a la producción primaria que se encuentra exenta en la provincia.

Se trata de un impuesto municipal que el intendente Francisco Pérez puso en práctica desde el martes de esta semana bajo la figura de “tasa de mantenimiento vial”, que se cobra a los camiones que salen de la zona rural minifundista conocida como camino vecinal hacia escuela Las Tortugas. Allí, en un control sanitario, agentes de la Municipalidad cobran 2 pesos por bulto, es decir que un camión con 1.500 cajones de tomates, por ejemplo, debe pagar 3.000 pesos el nuevo impuesto.

“Estamos atravesando la pandemia y muchos otros problemas. Del frío y las heladas, pasamos al calor y la sequía; pestes de todo tipo y problemas en el comercio y el mercado deprimido”, sostuvo.

Sin contraprestación

Ante la situación, los productores se autoconvocaron para analizar el tema y concluyeron también en que el impuesto se cobra bajo la forma de tasa municipal de mantenimiento vial, con el argumento de que los caminos necesitan mantenimiento. Pero en este sentido los productores advirtieron que “las tasas municipales son siempre aplicables como contraprestación de un servicio que brinda la comuna. En este caso ese servicio es inexistente, ya que los trabajos son efectuados por Vialidad de la Provincia en caminos vecinales y en las rutas provinciales”.

Tras la asamblea del miércoles, el intendente Pérez suspendió el cobro de la tasa, pero la ordenanza sigue en vigencia y el temor de los productores es que retomen el cobro en cualquier momento.

Los productores advirtieron que la tasa parece baja -2 pesos por cajón- pero el precio impacta en forma directa en los despachos.

De esta forma, tomates, pimientos, berenjenas pepino y todo lo que sea hortícola debe tributar, cuando esta producción está exenta.

“La tasa se la cobran al transportista, pero el impacto es directo. Al viajar los productos en consignación se coloca en el mercado y el consignatario, comisionista o broker lo toma como costo de la mercadería, sumado al flete, la carga y descara. El resultante es lo que se percibe por la venta de los productos” indicó Javier Luna.

El agravante es que la actividad está muy deprimida, el mercado y los costos altísimos porque los insumos son en dólares. Ahora estamos de cosecha, trabajamos desde marzo y nos viene superando el día a día con los costos que ya tuvimos que pagar”, aseguró.

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