La denuncia fue radicada en septiembre de 2021 y según la víctima “hasta ahora no hicieron nada con su atacante”.
La joven docente oriunda de Metán, pide ayuda y justicia, decidió hacer pública su historia cansada de esperar respuestas en la justicia, todos estos años de angustia la llevaron a realizar tratamiento psicológico. Asegura que fue abusada en un hotel de la capital salteña por su colega, un maestro del turno tarde de la escuela Juan Pablo Segundo N°4.669 de El Quebrachal, hasta el 2.021 el acusado fue delegado de los Docentes Autoconvocados de Anta (no se brindan los nombres porque no hay imputación).
M. trabaja en un paraje rural del municipio de El Galpón. Y hace dos años atrás se unieron por primera vez las escuelas rurales, para hacer cortes y manifestaciones solicitando al gobierno provincial salarios dignos. Es en ese contexto es que la joven viaja a la capital salteña acompañada por su atacante y otros colegas.
“Todo comenzó cuando yo decido acompañar al delegado, a la movilización que realizaban los docentes por mejoras salariales, esto pasó hace dos años. Como fue tan fuerte la represión, el gobierno decide llamar una conciliación. Yo empaticé con este hombre (W.) ya que, era conocido por mí familia y hasta fue maestro de mis hermanos. Cómo la reunión era en Salta, accedí a quedarme con él en un hotel, además el me decía ‘cómo te vas a ir, mañana nos tenemos que ir temprano y es peligrosa la parada, aparte estamos en confianza me”, contó la mujer.
Después, la maestra explicó que cuando llegaron al hotel empezó su pesadilla: “cuando llegamos me acuesto en mí cama, y él en la suya porque alquiló una habitación con camas separadas, luego se me acercó y me tocó el pelo, me sentí incómoda, luego se alejo y me pidió que vaya a dormir con él, ya que estábamos ‘en confianza’, siempre me repetía eso, al negarme, se levantó, me agarró fuerte de la muñeca y forcejeo, le dije que se calmara, como tuve tanto miedo, me dolía la panza y me descompuse. En ese momento escucho que dice: ‘igual de artista que la otra’, sentí mucho miedo cuando dijo eso”.
La víctima recuerda que del terror que tenía atinó por bajar las escaleras y ver si había alguien en recepción, pero no encontró a nadie: “volví a subir las escaleras porque estaba en pijama, con mucho frio, mi abusador me amenazó, decía que suba, y yo con el miedo accedí, me encerró, así que esperé que se durmiera y pude escapar, eran las 5 de la mañana y estaba totalmente desorientada, solo buscaba la calle San Martín porque era la única que conocía. Cuando pude volver a mí casa, radiqué la denuncia en la comisaría me dijeron que lo que había sufrido un abuso sexual simple”.
Durante este tiempo, M. sufrió mucho, hasta el punto de recibir tratamiento psicológico y psiquiátrico: “quiero hacer público esto, ya que mí denuncia quedó en la nada y siento una impotencia al saber que él sigue siendo delegado y tal vez hay más víctimas que no se animan a hablar por temor”, culminó.