El pontífice mostró signos de fatiga y dificultades respiratorias durante su audiencia semanal. Con una voz débil, delegó la lectura de sus comentarios a un colaborador, pero insistió en pronunciar un llamamiento por la paz en Gaza y Ucrania.
A sus 86 años y con problemas pulmonares, el pontífice, quien cumplirá 87 años el próximo 17 de diciembre, tosió al final de la audiencia de una hora de duración; luego se levantó de su silla en el escenario y bendijo a los presentes. A pesar de su estado de salud, destacó la necesidad de extender la tregua en Gaza, subrayando la difícil situación humanitaria en la región.
En un gesto solidario, el papa Francisco compartió detalles de la crisis en Gaza, mencionando la escasez de agua y pan, y lamentó que aquellos que más se benefician de la guerra son los fabricantes de armas. Además, instó a seguir orando por la paz en Israel y Palestina.
Explicó que ha contactado con la parroquia católica en Gaza, donde se encuentran refugiadas cientos de personas, y agregó: “La gente está sufriendo. La gente sencilla, la gente del pueblo, sufre”.
A pesar de cancelar un viaje a Dubái debido a la recomendación médica, el papa mantuvo algunas actividades, incluyendo reuniones con obispos españoles y víctimas de abusos. Durante la audiencia, disfrutó de una exhibición circense y recibió al club de fútbol escocés del Celtic, expresando su aprecio por la esencia deportiva más allá de la victoria.
La cancelación del viaje a la conferencia climática COP28 en Dubái fue anunciada el martes, citando la sugerencia de médicos debido a la actual inflamación pulmonar del papa. Aunque lamentó no poder participar, el pontífice sigue comprometido con la causa medioambiental, explorando opciones para contribuir de alguna manera a la conferencia. Su reciente hospitalización y tratamiento intravenoso por una gripe fueron destacados, junto con la confirmación de que se descartó neumonía en un TAC realizado en noviembre.
Fuente: Infobae
