Una herida que sigue abierta: 22 años de la Masacre de Avellaneda
El 26 de junio de 2002, los jóvenes militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron asesinados por la policía bonaerense mientras participaban en una manifestación en el Puente Pueyrredón.
Hoy se cumplen 22 años de la trágica Masacre de Avellaneda, un evento que sacudió a la Argentina.
El brutal accionar policial, que incluyó no solo los asesinatos de Kosteki y Santillán sino también siete intentos de homicidio, provocó un profundo impacto en la sociedad argentina.
Este hecho, cargado de violencia y represión, forzó al entonces presidente Eduardo Duhalde a adelantar las elecciones, un hito que marcó un antes y un después en la vida política del país.
En el ámbito judicial, los policías Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta fueron condenados a prisión perpetua por “doble homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de asesinato”.
Las condenas buscaban no solo hacer justicia por las vidas truncadas de Kosteki y Santillán, sino también enviar un mensaje claro contra la impunidad.
A lo largo de estos 22 años, la Masacre de Avellaneda se ha mantenido como un símbolo de la lucha por los derechos humanos y la justicia social en Argentina. Diversas organizaciones y movimientos sociales continúan recordando a Maximiliano y Darío, insistiendo en la importancia de la memoria para evitar la repetición de semejantes atrocidades.