• Por: Teresita Frias
En los últimos días, el prestigioso comunicador, ha sido el centro de una tormenta mediática tras la aparición de mujeres periodistas y una estudiante que fueron acosadas sexualmente por él. Lo que comenzó con cinco valientes testimonios ha desencadenado una ola de denuncias que ya suma diez relatos que aseguran haber sido sus víctimas entre 1994 y 2019.
El periodista Pedro Brieger, conocido por su especialización en temas internacionales, enfrenta graves acusaciones de acoso sexual que abarcan un período de 25 años. El testimonio de cinco mujeres en la red social X, el pasado 23 de junio, desencadenó una serie de denuncias que ya suman una decena, involucrando a periodistas, una ex alumna y una secretaria de la Universidad de Belgrano.
Los relatos abarcan desde 1994 hasta 2019. Laura Carpineta, periodista de El Destape, fue una de las primeras víctimas en hablar: “Tengo 41 años, 20 en el periodismo, y recién en los últimos días, cuando empezaron a llover las denuncias contra Pedro Brieger, terminé de entender que yo había vivido una situación similar de acoso con él”.
Por su parte, Leticia Martínez, comunicadora de la TV Pública y Futurock, también se sumó a las denuncias. Martínez tuiteó: “Cinco chicas somos la punta del iceberg de la cantidad de mujeres que fueron víctimas de PB, con casos que arrancan desde mediados de los 90. Me da pánico pensar cómo el miedo, la vergüenza, la manipulación, entre otras cosas, nos paralizaron tanto tiempo, pero acá estamos”.
El periodista Alejandro Alfie investigó durante seis meses los casos de acoso sexual de Brieger. Entre los relatos está el de Cecilia Guardati, ex corresponsal de Télam en España, quién contó un perturbador episodio ocurrido en 2008 durante una gira presidencial en África: “En Túnez, nos avisaron de Presidencia que iba a hablar Cristina Kirchner después de la cena. Brieger me dijo que no podía ir y me pidió que le pase el audio cuando volviera. Fui a su habitación del hotel, la puerta estaba entreabierta y desde adentro él me hablaba mientras se masturbaba bajo la sábana”.
Agustina Kämpfer y otras dos comunicadoras que trabajaron con el especialista en política internacional en radio también lo señalaron como acosador.
Asimismo, Marcela Perelman, directora de Investigación del CELS, expresó: “El escándalo es cierto. A mí también me pasó con él. Es un asco que los varones reaccionarios, varios de ellos conocidos acosadores también, traten de sacar beneficio de esto”.
“De manual”: La Respuesta de Brieger
Tras las acusaciones, las autoridades del Grupo Indalo decidieron apartar al acosador de la pantalla de C5N y de la emisora Radio 10. Sin embargo, Brieger negó rotundamente todas las acusaciones y sugirió que podrían ser parte de una campaña para desviar la atención de “otros problemas del gobierno”. “Lo que planteás de ninguna manera ocurrió. Mi vida fue, es y será pública, soy periodista“, afirmó en declaraciones a Alfie, anticipando posibles acciones legales si las acusaciones persisten.
Las Consecuencias del Silencio
Es necesario destacar que el 41% de las mujeres periodistas han sufrido acoso verbal y/o físico en el lugar de trabajo, pero solo 1 de cada 5 ha denunciado. Más de un 50% de los casos quedan ocultos perpetuando un círculo de silencio y complicidad que dificulta la erradicación de estas conductas.
Denunciar a un colega, jefe o docente implica para las víctimas correr el riesgo de perder su fuente de ingresos, oportunidades laborales y académicas. A esto se suma el impacto emocional de la culpa y la vergüenza, que a menudo acompaña a quiénes deben enfrentar la difícil tarea de relatar un abuso perpetrado por una figura de poder en una sociedad patriarcal.
El silencio no solo es de las víctimas; el entorno muchas veces es cómplice al conocer y no actuar frente a estos manejos.
La perspectiva de género en la investigación y el juicio de estos casos es crucial. Sin estas garantías, muchas afectadas optan por no denunciar. Es fundamental que cuenten con una justicia que les crea y valide sus reclamos.
Dejar de encubrir a los abusadores en estos espacios es necesario para que más víctimas se animen a denunciar y puedan encontrar justicia. Es importante rodear a las colegas que por muchos años callaron por temor a represalias y quedar sin su sustento diario.
Desde el periodismo es esencial contar con una visión de género para poder investigar, documentar y establecer patrones sustanciales para comunicar con responsabilidad lo que la damnificada busca revelar. Es necesario tener presente que no todas las víctimas quieren exponer de la misma forma lo que les tocó atravesar y eso simplemente se respeta.
•Si estás pasando por una situación de violencia de género, podés comunicarte al 137 (opción 1).