Cobra millones para mentir y tejer la libertad de represores: Emilia Orozco expuesta por Arrieta

En el laberinto de hipocresías que caracteriza a la diputada salteña ahora emerge como protagonista de un escándalo que sacude las bases de la decencia.

Su negación pública sobre la participación en acciones para liberar a represores de la última dictadura no solo revela su doble moral, sino que expone la peligrosa red de complicidades que según las palabras de la diputada Lourdes Arrieta “tejen a espaldas del presidente Javier Milei”.

Arrieta, mediante un hilo en la red social X, desnudó la trama perversa de la que Orozco es parte, publicando chats comprometedores que confirman la activa participación de la legisladora salteña en un grupo cuyo objetivo era nada menos que liberar a criminales condenados por delitos de lesa humanidad.

Arrieta también involucró al diputado Carlos Zapata, quién aunque no participó ni tuvo interacciones en el grupo, estaba al tanto de estas maniobras organizadas por el Cura Javier Ravasi, hoy separado de la iglesia Católica.

En la sesión especial de Diputados de la Nación del 14 de agosto, el salteño planteó una cuestión de privilegio “sobre aquellos que impulsan condenas públicas para con legisladores que hicieron uso de los beneficios de la libertad establecidos por la Constitución Nacional“, apuntó contra los medios malintencionados, que seguramente motorizados por órdenes del gobierno de Salta hicieron circular versiones falaces sobre su persona y la diputada Emilia Orozco”. 

A pesar de las pruebas, Orozco tuvo el descaro de negar su involucramiento, calificando su actuación como “no haber hecho nada malo”. Sin embargo, los hechos la delatan: asistió a reuniones organizadas por el controvertido cura, quién actuaba como intermediario entre legisladores libertarios y los represores.

Es impactante que Orozco, quién se supone debería representar los intereses de la ciudadanía, haya intentado maquillar su rol en este plan siniestro, afirmando que la visita de legisladores a la cárcel de Ezeiza, dónde se encuentran detenidos los genocidas, tenía un carácter “generalizado“.

Pero la legisladora mendocina indicó que el sacerdote habría sido el responsable de sumarla al grupo de Whatsapp llamado “Comida informal con Padre Javier x milit”, espacio al que apuntó por ser el origen de todo el escándalo.
En las capturas de los chats que exhibió Arrieta en X, muestra cómo Orozco participó en el grupo y hasta concurrió al domicilio del cura en una de las reuniones. “Llegando” y “Abajo”, escribió la salteña, para que le abran cuando se apersonó al lugar de encuentro.

“Entré porque en ese grupo ya estaban muchos de mis colegas que hoy fingen demencia: Lemoine, Ponce, Orozco, Mayoraz, Santurio, Benedit, Ferreyra y Araujo”, dijo Arrieta, dejando muy en claro que la salteña estuvo incluso antes que ella en el grupo cuyo objetivo era liberar “ancianos militares encarcelados”.

Es necesario destacar que la salteña que ganó gracias a la imagen de Milei porqué por mérito propio jamás lo hubiera logrado, y hoy intenta deslindar responsabilidades en un proyecto tan repugnante que deja en evidencia su falta de ética y su disposición a manipular la verdad para su conveniencia política, aún pasando por arriba de la agenda política del presidente.

En una entrevista brindada a radio Delta FM 90.3 de Buenos Aires dio a entender que la libertad a los genocidas es una línea política que se sostiene desde el gobierno de Javier Milei: “No nos olvidemos que ha sido una línea de nuestra política, la propia Victoria Villarruel a embanderado esta causa. Yo hablé en profundidad con los diputados para ver si realmente se reunieron o no, pero entiendo que no fue exclusivamente a ver (a los represores). Fue generalizada”, refirió.

Pero la diputada “del patito” aseguró en su hilo que “los legisladores libertarios, actúan a espaldas de Milei, orquestando este macabro plan sin su conocimiento”.

Lo más perturbador es que esta no es una simple discrepancia política, sino un intento deliberado de burlar la justicia y favorecer a aquellos que cometieron los crímenes más atroces en la historia argentina.

Incluso, Arrieta involucra a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al asegurar que “estaba en conocimiento de todo”.

Ambas iniciativas con el fin de “obligar a los jueces a conceder la prisión domiciliaria” manifestando que “los que están en cárceles irían a domicilio y muchos obtendrían la libertad“, según consignan los chats.

Orozco y Zapata estaban dentro del grupo para asistir a una comida el 14 de marzo en la calle Montevideo 871, en la Ciudad de Buenos Aires, dónde se iba a explicar el proyecto a los legisladores.

Orozco asistió el encuentro junto a Laura Olea, Ricardo Saint Jean, Alida Ferreyra, Santiago Santurio y Guillermo Montenegro. Tras el encuentro, el diputado por Entre Ríos Beltrán Benedit propuso dividir tareas y “accionar en distintos frentes”.

Y cómo era de suponerse, esta incipiente diputada salió a victimizarse denunciando en un comunicado de prensa que existió “un fuerte ensañamiento” en su contra y su entorno familiar: “Yo no estuve en el penal de Ezeiza. La visita a Ezeiza no existió, puedo decir que hay un delito cuando mienten con la información”, expresó. Acto seguido contó que recibió amenazas a través de redes sociales desde el año pasado e hizo una denuncia que no prosperó. “Ahora el tono de las amenazas es distinto y ya no es solo a través de redes sociales y no se meten sólo conmigo sino también con mi familia”, sostuvo. 

Dijo que iba a hacer nuevas denuncias, pero ya no la provincia, porque no confía en la Justicia de Salta. Como siempre culpa a los medios de comunicación de instalar la idea de que “estamos a favor de los represores o a favor de la dictadura y son los medios de acá de Salta los que hicieron esto”, manifestó descaradamente. 

La exposición de Orozco, con sus mentiras y maniobras, es un claro ejemplo de cómo políticos inescrupulosos sin sin formación ni cultura buscan su propio beneficio a costa del dolor y la memoria de miles de argentinos.