El adoptado vivió la mayor parte de su vida como hijo del esposo de su madre, quién se convirtió en su figura paterna desde la infancia.
En una decisión que sienta un precedente, la Jueza Ana María Carriquiry, del Distrito Judicial de Orán, otorgó la adopción por integración con efectos de adopción plena a un hombre mayor de edad.
Esta resolución se basa en la figura de la adopción por integración, introducida en la última reforma del Código Civil y Comercial, que permite la adopción de personas mayores de edad bajo dos circunstancias: ser el hijo del cónyuge o conviviente de la persona que se pretende adoptar, o haber tenido posesión de estado de hijo durante la minoría de edad. En este caso, ambos requisitos fueron confirmados.
La magistrada fundamentó su decisión en la importancia de los vínculos familiares diarios, destacando que la familia es el núcleo esencial para el desarrollo humano.
La resolución también se enmarca en los derechos contemplados en la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, demostrando que no hay edad para consolidar los lazos familiares y alcanzar la autorrealización.
Este fallo es un ejemplo de la relevancia que puede tener la familia como espacio primario de contención y protección, y abre las puertas para que otras personas mayores puedan formalizar relaciones afectivas construidas a lo largo de sus vidas.
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