Más allá del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio nunca dejó de ser socio del club de sus amores. Su carnet, quedó en la historia.
En medio del luto mundial por el fallecimiento del Papa Francisco, un detalle profundamente humano resurgió entre las anécdotas y recuerdos que marcaron su vida: su histórica credencial número 88235 como socio del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa argentino y latinoamericano, jamás renegó de sus orígenes. Fanático del fútbol desde niño, creció en el barrio porteño de Flores y heredó la pasión por el “Ciclón” de su padre.
Su vínculo con San Lorenzo trascendió la tribuna y los resultados: fue socio activo durante toda su vida y su carnet, con el número 88235, se convirtió en símbolo de identidad para el club y sus hinchas.
Incluso ya como Sumo Pontífice, Francisco recibió en 2013 una camiseta del club firmada por los jugadores, gesto que lo emocionó profundamente. “Yo soy hincha de San Lorenzo desde que nací”, expresó en varias entrevistas.
Durante su papado, San Lorenzo le rindió homenaje en múltiples ocasiones, destacando su humildad, sencillez y compromiso con los valores sociales, en sintonía con la historia del club fundado por el padre Lorenzo Massa.
Hoy, tras su fallecimiento a los 88 años, el carnet 88235 no es solo un número: es un testimonio de fidelidad y pertenencia.
En Boedo, su barrio espiritual, la memoria de Francisco vivirá en cada bandera azulgrana y en cada tribuna del Nuevo Gasómetro.
Adiós al Papa, el socio eterno.
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