Indonesia devastada: inundaciones dejan cientos de muertos y miles sin hogar
Indonesia atraviesa uno de los episodios más devastadores de los últimos años. Las intensas lluvias monzónicas que golpean al país desde hace varios días provocaron desbordes de ríos, aludes de lodo y aldeas enteras arrasadas, especialmente en las provincias de Sumatra del Norte, Sumatra Occidental y Aceh. Las autoridades confirmaron que el número de muertos supera los 300, mientras continúan las tareas para localizar a decenas de personas desaparecidas.
Este sábado, con una leve pausa en el temporal, los equipos de emergencia lograron acceder a zonas que habían permanecido completamente aisladas. Allí encontraron casas destruidas, caminos convertidos en ríos de barro y cuerpos entre los escombros. En áreas selváticas y de terreno volcánico, la llegada de rescatistas sigue siendo extremadamente difícil por la acumulación de lodo y troncos.
La Agencia Nacional de Gestión de Desastres detalló que Sumatra del Norte registra al menos 166 fallecidos, Sumatra Occidental contabiliza 90 víctimas, y en Aceh fueron recuperados 47 cuerpos, aunque se espera que las cifras aumenten cuando los equipos lleguen a las zonas aún inaccesibles. En la localidad de Agam, en Sumatra Occidental, se busca a casi 80 personas que habrían quedado enterradas bajo toneladas de barro y rocas.
El impacto humanitario también es grave: más de 59.000 familias tuvieron que evacuarse y se encuentran alojadas en refugios improvisados, instalados en escuelas y edificios públicos. Las autoridades reconocen que la magnitud de la destrucción dificulta la distribución de alimentos y la atención médica básica.
Para intentar frenar el avance del desastre, el gobierno recurrió a una herramienta poco habitual en la región: la siembra de nubes, una técnica que dispersa sustancias químicas en la atmósfera para inducir la precipitación lejos de las zonas más afectadas. El objetivo es generar una ventana de estabilidad que permita acelerar las operaciones de rescate. “Necesitamos desviar la lluvia para acceder a los puntos donde hay personas atrapadas”, explicó Suharyanto, jefe de la agencia de desastres.
En las costas de Sumatra Occidental, la llegada de enormes montículos de árboles y troncos hasta la playa de Air Tawar reavivó las denuncias por tala ilegal. Ambientalistas y vecinos advirtieron que la deforestación de los últimos años empeora la fragilidad de las laderas y aumenta el riesgo de deslizamientos durante la temporada de lluvias.
La provincia de Aceh mantiene el estado de emergencia hasta el 11 de diciembre. Su gobernador, Muzakir Manaf, reconoció la complejidad del operativo: “Tenemos que actuar rápido, pero las condiciones del terreno nos frenan”. El traslado de maquinaria pesada continúa siendo un desafío debido al barro acumulado y a las nuevas precipitaciones.
Las inundaciones y los derrumbes no son fenómenos nuevos en Indonesia, un archipiélago de más de 17.000 islas expuesto a fuertes lluvias estacionales. Pero la combinación de tormentas extremas, deforestación y poblaciones asentadas en zonas inestables volvió especialmente letal este nuevo capítulo, que aún mantiene en vilo a miles de familias.
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