Ex Asesor británico propone transformar Malvinas en destino final de inmigrantes ilegales

Una propuesta presentada por Andrew Gilligan, exasesor de los primeros ministros británicos Boris Johnson y Rishi Sunak, reavivó un fuerte debate en el Reino Unido y volvió a poner a las Islas Malvinas en el centro de la escena internacional. En una columna reciente, el funcionario sugirió transformar el archipiélago (territorio que Argentina reclama legítimamente) en un gran centro de procesamiento y alojamiento de inmigrantes irregulares que cruzan el Canal de la Mancha.

Gilligan sostuvo que la medida sería, según su visión, la única forma “efectiva” de desalentar los cruces en pequeñas embarcaciones. Su propuesta consiste en instalar un campamento junto a la base de la Royal Air Force que opera en el archipiélago, donde las personas que lleguen sin documentación permanecerían sin posibilidad de acceder al territorio continental británico.

La sugerencia surge en medio del debate generado por un nuevo proyecto impulsado por la ministra del Interior, Shabana Mahmood, una iniciativa que sectores de la derecha británica celebraron como un endurecimiento de la política migratoria. Sin embargo, Gilligan calificó ese plan como insuficiente y afirmó que ingresar de forma irregular sigue siendo, para muchos migrantes, “el camino más fácil” hacia la residencia o la ciudadanía frente a las dificultades de obtener visados regulares.

En su planteo, describe que el “lugar ideal” para ubicar el centro estaría en el este de las Malvinas, en una zona ventosa de turba donde actualmente funciona una base aérea británica. Allí imagina un campamento de estilo australiano, con estructuras modulares, dormitorios colectivos y servicios básicos, construido cerca del complejo militar.

Como referencia, Gilligan cita el Camp Bastion, la base que el Ejército británico construyó en Afganistán durante la guerra y que llegó a albergar hasta 28.000 personas en un territorio totalmente árido. Su idea contempla replicar ese modelo en un archipiélago cuya superficie es comparable a Irlanda del Norte pero con apenas 3.000 habitantes, lo que, según su visión, permitiría mantener a los migrantes alejados de las zonas civiles.

El exasesor plantea que quienes fueran enviados a las islas recibirían condiciones “decentes aunque austeras”, junto con garantías de seguridad y respeto a los estándares legales británicos. Permanecerían allí de manera indefinida, hasta que decidieran regresar a su país de origen o permanecer en las islas de forma permanente, sin vías para ingresar al Reino Unido continental.

La propuesta generó controversia tanto por su impacto humanitario como por el uso del archipiélago como centro de detención. También reavivó la discusión sobre la presencia británica en un territorio cuya soberanía Argentina reivindica históricamente.

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