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Un crimen mafioso en la capital de Salta que expone nuevamente a un Estado narco

*Por: Claudio Del Plá

Amenaza la vida y la seguridad de las personas y va camino a ser como Rosario de Santa Fe.

Dario Monges apareció con 5 tiros en la cabeza dentro de un auto en el Barrio “El Circulo”. Hace un tiempo una pareja fue encontrada en la circunvalación Oeste, también baleada en un auto. En ambos casos no hubo indicios de robo. Los crímenes de este tipo son habituales en los pueblos de frontera como Salvador Mazza u Orán, pero ahora llegaron a Salta capital.

El caso de Monges ha destapado todo un entramado que asocia al crimen con el poder político. El sujeto venía trabajando como asesor del diputado Moreno del Partido Memoria y Movilización, una de las agrupaciones kirchneristas locales. Hacía 3 meses había visitado en la cárcel de Orán, invocando autorización expresa del Secretario de Seguridad de la provincia, a Oscar Díaz, el sicario más peligroso imputado por varios crímenes por encargo, justamente en esa área de frontera.

Un hecho similar había ocurrido poco tiempo atrás en donde la principal imputada como cabeza de una organización financiera mafiosa, construida en torno de los altos mandos de la policía, había visitado la cárcel de Metán, a las dos de la mañana, a un imputado por estafas, sin que la visita quedara registrada por el servicio penitenciaria. La “financiera policial” además de estafar subalternos incautos, evidentemente estuvo lavando dinero del narcotráfico por al menos un total de $2.200 millones, según el avance de la investigación.

La extraña visita de Monges al penal de Orán fue denunciada hace 3 meses y la investigación del hecho, incluida la responsabilidad del secretario de Seguridad nunca tuvo lugar. Hasta el diario El Tribuno, del ex gobernador Romero, bajo cuyo gobierno tuvieron lugar crímenes de los narcos como el de la campesina Liliana Ledesma, advirtió, con conocimiento de causa, que si se hubieran investigado aquella visita al penal podría haberse evitado el crimen.

El silencio cómplice de Sáenz y su gobierno

Aún con la gravedad de la situación, Sáenz no ha abierto la boca. Investigar hasta el final el entramado detrás de los crímenes mafiosos, de la financiera trucha de la policía, también del contrabando de granos en enormes volúmenes por la frontera con Bolivia, pondría inevitablemente en el banquillo a buena parte de los miembros de los tres poderes del Estado.

Claro que no es solo silencio, sino complicidad e impunidad organizada, la que Sáenz, como antes Romero y Urtubey, se garantizaron para sus propias fechorías y estafas con los bienes del Estado, a partir de la completa subordinación del aparato judicial.

El régimen de Sáenz, que busca la reelección con el apoyo de todos los “partidos de alquiler” de la oposición. No sólo es la continuidad de un régimen oligárquico que multiplica la pobreza, como el de Romero y Urtubey, sino de un Estado narco, que amenaza la vida y la seguridad de las personas y va camino a ser como Rosario de Santa Fe, donde cada día caen bajo las balas de los narcos vecinos y niños de las barriadas.

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