Morillo | Murió uno de los chicos “nafteados”. Además se recordó el caso de Alejandra Albornoz una nena desaparecida en 2014
Confirman que son cinco los casos de este tipo que se dieron en los últimos meses. Tenía 16 años y el fin de semana se incineró mientras se drogaba con nafta y fumaba paco.
Sucedió durante la marcha que vecinos, dirigentes comunales y representantes de las comunidades aborígenes realizaron pacíficamente por las calles de la localidad de Juan Solá, Morillo, pidiendo medidas urgentes para abordar un tema que ya constituye una verdadera tragedia: la ingesta de paco y marihuana que fuman, alcohol etílico que ingieren y naftas que los chicos, tanto criollos como aborígenes, aspiran, en “juntadas” en las que se reúnen, en cualquier esquina o baldío de esa localidad del departamento Rivadavia.
Fue durante la marcha que se realizó cerca de las 20 del martes por las calles del pueblo que los asistentes se enteraron de que Gregorio Gómez, un adolescente de 16 años residente en la comunidad La Cortada, había fallecido en la ciudad de Salta como consecuencia de las quemaduras que sufrió el fin de semana anterior, cuando se encontraba reunido con un grupo de amigos. La noticia generó una gran conmoción y más allá que quienes vieron en qué estado el menor se encontraba en momentos de ser trasladado al hospital por lo que ese desenlace era previsible, anticiparon que seguirán con las marchas pacíficas pidiendo la intervención de organismos estatales para que ayuden a los padres de niños y adolescentes para evitar que la nafta, el alcohol o el paco estén al alcance de todos ellos.
“Pedimos ayuda”
Reinaldo Ferreyra es uno de los vecinos convocantes a la marcha y al referirse a las manifestaciones pacíficas consideró: “Todos tenemos que hacernos cargo de la parte de responsabilidad que nos toca. Los padres seguramente son responsables pero también el comerciante que les vende alcohol o nafta sabiendo el destino que los chicos le darán. Gregorio Gómez residía en la comunidad La Cortada, era aborigen y sufrió este gravísimo accidente el sábado a la madrugada”.
Y se refirió a lo que se conoce hasta el momento. “El chico vivía con su familia en otra comunidad cercana, en Los Blancos a 35 kilómetros de distancia; pero se vino a Morillo donde estaba su casita; se juntó a la madrugada con los amigos y allí sucedió que se prendió fuego. Hay un montón de hipótesis y lo que esperamos es que la Justicia también nos ayude”, dijo Ferreyra.
Desde la vía pública
El coordinador de Adicciones de la Provincia, Martín Teruel, confirmó ayer que otra menor de la localidad de Morillo se encuentra internada en estado delicado en el Hospital San Bernardo, también a raíz de las quemaduras sufridas en similares circunstancias que terminaron con la vida de Gregorio, pero en otro episodio.
Con los casos registrados, Teruel adelantó que un equipo de Adicciones se sumará al área operativa de Salud de la región para asistir a las víctimas y a sus familiares. Aseguró que es legítimo el reclamo de los pobladores y es necesario mantener ese alerta en la comunidad para llevar soluciones. Advirtió que los chicos no compran la nafta de los surtidores. “La consiguen desde los tanques de los vehículos en la vía pública”, destacó.
“Tenemos muy presente el caso de Alejandra Albornoz, otra adolescente que estaba con unos amigos en esas juntadas y desapareció en forma misteriosa. La desaparición de esta chica se produjo en el año 2014, era de la comunidad La Cortada, tenía 12 años y concurría a la escuela primaria. Ella estaba con los amigos en una juntada, la policía hizo la investigación pero nunca se supo más nada de ella”.
El caso de Gregorio Gómez no es el primero, sino el quinto. “El primero sucedió el año pasado, cuando Sandoval Arias, de la comunidad El Chañar, se prendió fuego y murió a los pocos días. A él le siguió el caso de otro chico de apellido Sánchez, de la misma comunidad El Chañar; estuvo internado mucho tiempo y hace un par de días fue dado de alta porque gracias a Dios se salvó. La tercera fue la chica Patricia López, también adolescente, quien se encuentra en el hospital San Bernardo en la ciudad de Salta; esa niña se está recuperando y los padres comentaron que ya pudo comenzar a hablar y alimentarse; el cuarto fue el chico que falleció el martes pasado en horas de la tarde, mientras se hacía la marcha, y tenemos un quinto caso, un chico de apellido Lávaque de 20 años que reside en la comunidad La Represa y que está internado en Morillo”.
Reynaldo agrega otros dos datos que desvelan a los pobladores de esa zona del Chaco salteño. “Esos 5 chicos se quemaron y tengo presente la imagen del chico que falleció, que estaba muy dañado. Era un desenlace que preveíamos y es por eso y por otros casos que vamos a seguir marchando. Tenemos muy presente el caso de Alejandra Albornoz, otra adolescente que estaba con unos amigos en esas juntadas y desapareció en forma misteriosa. La desaparición de esta chica se produjo en el año 2014, era de la comunidad La Cortada, tenía 12 años y concurría a la escuela primaria. Ella estaba con los amigos en una juntada, la policía hizo la investigación pero nunca se supo más nada de ella”.
Fuente: El Tribuno