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El 16% de las personas trans muere por crímenes de odio

El 16% de las personas trans fallecidas el año pasado fueron víctimas de crímenes de odio y el 84% murió prematuramente como consecuencia de la exclusión sistemática, lo que se denomina «travesticidio social», según diferentes organizaciones de la diversidad sexual que este fin de semana llevarán adelante actividades por la quinta marcha plurinacional contra los travesticidios y el Día Internacional del Orgullo Lgbtiq+.
El relevamiento que realizó la Asociación Civil Trans La Rosa Naranja dio cuenta que el año pasado fallecieron al menos 75 personas trans con una edad promedio de 39 años, es decir, 37 años antes que la media de la población, que vive hasta los 76 en Argentina. Además, el 57% (43) murió antes de los 40 años y el 13% (10) antes de los 30. Otras once mujeres trans fueron asesinadas el año pasado, según el Informe Crímenes de Odio 2019 de la Federación LGBT+ que registró igualmente 62 «travesticidios sociales».

Odio a identidad de género.

En tanto, La Rosa Naranja reveló que dos de las 42 personas trans fallecidas en lo que va de 2020, fueron víctimas de un homicidio motivado por el odio a su identidad de género. «El travesticidio social tiene su eje fundamental en el abandono, no solamente por el Estado -que es el principal responsable- sino también por las familias, que expulsan a niñas y adolescentes trans que terminan ejerciendo la prostitución y sometidas a la violencia que ejercen las fuerzas de seguridad, de palizas, cárcel y coimas», dijo a Télam Marcela Tobaldi, presidenta de La Rosa Naranja.
Explicó que la situación de prostitución las expone, además, a la explotación de los proxenetas pero también a ver deteriorada su salud. Y esa exclusión se reproduce en la sociedad en general que «no te mira, te da vuelta la cara como hacen con la gente en situación de calle, como si las personas trans no existieran y entonces se mueren rápido». «No existe democracia si no están incluidos todos los sectores sociales y el Estado es el principal responsable, por eso tiene que haber una reparación histórica más allá del cupo trans, porque a la mayoría de nosotras nos quitaron más de 35 años de vida», aseguró.

Cupo laboral.

Por su parte, el presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, sostuvo que a 36 años de la creación de la asociación que organizó la primer Marcha del Orgullo en 1992 «tenemos una diversidad que celebramos», buscando «mantener el espíritu de orgullo» que los acompañó desde los inicios y que «es el motor que hace que uno siga militando y peleando por la igualdad» de derechos. «La palabra ‘orgullo’ se usó por primera vez en la marcha del 2 de julio de 1992, porque hasta entonces se hablaba de ‘dignidad’. Lo conversamos con Carlos Jáuregui (1957-1996) y a él le parecía un poco fuerte pero yo le decía que la traducción de ‘pride’ es orgullo, que es nuestra respuesta política y el antónimo de la vergüenza que nos querían hacer sentir», relató.
Actualmente, la mayor «urgencia» de la comunidad Lgbtiq+ es la aprobación de la ley de cupo trans porque «las personas trans se están muriendo y en plena pandemia ni te cuento», al punto que el Frente Orgullo y Lucha -que integra la CHA junto a otras 18 organizaciones- armó el operativo de asistencia «Nos cuidamos entre todes» que ya lleva repartidos 3.200 kits con alimentos y productos de higiene, para unas 1500 personas de la Ciudad y el conurbano.

Orgullo.

El Día Internacional del Orgullo Lgbtiq+ se celebra cada 28 de junio, porque ese día, en 1969, se produjeron los disturbios de Stonewall, un pub de Nueva York, Estados Unidos, donde se atacó a personas del colectivo, lo que marcó el inicio del movimiento por la igualdad de esta población. En Argentina, desde hace cinco años se impulsó también en esta fecha, la marcha contra los travesticidios.
Daniela Ruiz, directora de la compañía de teatro trans «Siete Colores Diversidad», contó a Télam que «a partir de los travesticidios de tantas compañeras de las que nadie hablaba, ni en el Ni Una Menos, nosotras tomamos la reivindicación de Stonewall y la marcha internacional del Orgullo para visibilizar lo que estaba pasando con nosotras y no se estaba tomando en cuenta». «La principal impulsora fue Florencia Guimaraes, referente de la organización Furia Trava, a la que se sumaron otras», recordó Ruiz. (Télam)

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