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JOVEN CON AUTISMO ROMPE BARRERAS Y OBTIENE SU CINTURÓN AMARILLO EN TAEKWONDO

Franco Hoornaert, un joven con autismo proveniente del Valle Calchaquí, ha alcanzado un logro extraordinario al superar con éxito un exigente examen de Taekwon-Do, obteniendo el codiciado cinturón blanco punta amarilla.

El acontecimiento tuvo lugar el pasado sábado 2 de diciembre y no solo representó el desafío de un examen, sino también la superación de las barreras asociadas a la discapacidad.

En una muestra notable de determinación, Franco demostró que la disciplina puede superar cualquier obstáculo. El proceso no estuvo exento de desafíos; en algunos momentos, Franco optó por utilizar sus inhibidores de sonidos para afrontar la sobrecarga sensorial, retirándolos estratégicamente para escuchar las indicaciones. A pesar de los obstáculos, perseveró hasta el final del examen, donde se entregaron merecidos reconocimientos a todos sus compañeros.

Numerosos padres optan por no inscribir a sus hijos con autismo en clases de taekwondo debido a temores infundados sobre la naturaleza agresiva de la actividad y la posible falta de beneficios. Contrariamente a esta percepción, el taekwondo puede ser altamente beneficioso para el desarrollo psicomotor, cognitivo y social de los niños con autismo.

La emoción y el orgullo de este logro no solo se limitan a Franco y su familia, sino que también resuenan en la comunidad que lo apoyó. Cecilia Cedrón, madre de Franco, compartió su alegría al expresar: “Me enorgullece que lo haya logrado con tanta gente presente, por ratos se ponía sus inhibidores de sonidos y se los sacaba para escuchar, pero aun así se mantuvo hasta el final donde entregaron los reconocimientos a todos sus compañeros“.

Es esencial que los técnicos y entrenadores estén debidamente capacitados para comprender y abordar los diversos comportamientos de los alumnos con autismo. La paciencia y empatía por parte del maestro son fundamentales para obtener resultados, ya que los logros, aunque puedan ser pequeños, representan un avance significativo para el alumno y una gratificación invaluable para el maestro. Aunque los resultados puedan manifestarse de manera gradual, demuestran que el trabajo perseverante produce los efectos deseados.

La historia de Franco Hoornaert se convierte así en un ejemplo inspirador de que, cuando la disciplina se convierte en la fuerza motriz, no existen límites insuperables. Su esfuerzo y compromiso no solo derribó las barreras de la discapacidad, sino que también dejó una huella imborrable en la comunidad, recordándonos que la determinación puede convertir lo aparentemente imposible en una realidad palpable.

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