Género

UNA MADRE DE TRES NIÑOS, VÍCTIMA DE VIOLENCIA REITERADA, PRESA POR MATAR A SU AGRESOR

Desde las sombras de la madrugada, emerge la desgarradora historia de una mujer valiente encarcelada por un acto de desesperación en defensa propia y de sus tres hijos.

Desde las tres de la mañana del 24 de marzo, F. se encuentra privada de su libertad, acusada de un crimen que según todas las evidencias es un acto de supervivencia. En un desesperado intento por protegerse de su pareja, quién la sometía a una brutal agresión, esta joven se vio obligada a tomar un cuchillo, y por infortunio o quizá para su bendición terminó acabando con la vida de su agresor.

Quién lidera el caso es el fiscal Gabriel González y los abogados defensores de la mujer son; la ex Jueza de la Corte, Sandra Bonari, también presidenta de la Fundación “Cielos Libres” (Santiago del Estero 1440) junto a Esteban Nieva Haro, que en comunicación con InfoSalta relataron la trágica noche en que F. defendió su vida ante el hombre que decía amarla: “Alvaro había regresado borracho, ella le sirvió la comida sobre la mesa y él comenzó a agredirla, tomándola del cuello. Para salvarse, atinó a agarrar un cuchillo y defenderse, hiriendo fatalmente a su agresor en el corazón”.

La situación de esta mujer de 26 años, se torna aún más desgarradora al conocer su contexto socioeconómico: vivían en “El Talar”, Jujuy, y hace poco se habían trasladado a la capital salteña buscado una vida mejor, alquilando cerca del barrio “El Progreso”.

Con apenas educación primaria, tres hijos de una relación anterior y sin más familia que una hermana, F. enfrenta ahora una imputación por ‘Homicidio agravado’. Sin embargo, “las evidencias de su sufrimiento y la legítima defensa son innegables”, manifiesta Bonari.

Por su parte, los informes del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) revelan lesiones previas en el cuerpo de la mujer, todas compatibles con un historial de violencia de género: Equimosis, mordiscones, excoriaciones y contusiones son testimonios silenciosos de su calvario.

Cabe mencionar que los hijos de la joven también eran víctimas de maltrato infantil razón por la que F. había decidido dejar a los pequeños de 9, 8 y 7 años momentáneamente con su abuela paterna con la que tiene una excelente relación y vive en Urundel: “esperamos que el fiscal González envíe una comitiva para investigar a las autoridades escolares de El Talar, dónde los niños asistían”, revela Bonari.

La abogada indica a este medio que “junto a su colega pidieron la detención domiciliaria, en la casa de la hermana, con una tobillera y la posibilidad de que el juicio sea cuánto antes para que F. pueda acceder a un trabajo digno y reencontrarse con los chicos”.

Incluso después del atroz acto de defensa, la víctima de violencia no encontró amparo. Fue la fundación quién, según los abogados “al conocer su historia de vulnerabilidad, decidieron patrocinarla gratuitamente”. Cómo lo hacen con algunos casos que llegan a ‘Cielos Libres’.

La trágica historia de F. es un claro ejemplo de la urgente necesidad de reformas en el sistema judicial. En lugar de criminalizar a las víctimas, la justicia debería actuar con perspectiva de género, contextualizando e investigando a fondo cada caso.

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